20 abril 2009

Querido Bermúdez...


Lo presiento :). Otra vez nos vamos a tener que ver las caras tú y yo en un lugar diferente a una mesa adornada con tenedores y cuchillos de tantas clases, servilleta rosa de algodón y copa para ese vino que nunca bebo, por mucho que insista tu linda esposa, ¿verdad?. Y lo sabes, y lo sé, pero....después de todo, me gustará verte de esa otra manera, me dará tranquilidad, sosiego, confiaré en que todo habrá ido bien. Y lo sé, y lo sabes...
Fue hace tanto tiempo....No es que lo haya olvidado, eso no, pero prefiero verte de año en año al abrigo de esa mesa tan bonita que tu luli prepara en mi honor, cuando voy a verte con una caja de bombones, goloso, que sé que te gustan y se los gastas todos, o de eso se queja ella siempre :).

Aquella vez, a pesar de la frialdad de las paredes, del poco sol que entraba por la cristalera y de mi mano atada a aquel goteo, sentí paz cuando abrí los ojos y te ví por unos agujeritos pequeños que me permitían hacerlo.
Tus lentes cuadradas, tras los que se ocultaban unos ojos verdes preciosos me dieron la serenidad que necesitaba, aunque no me dieras agua, no podía ser. Yo me moría de la sed pero no podía ser. A cambio de eso me acariciabas la mano, lo que hacía que tu bata blanca se disipara en el mal trago y me hablabas de amor como un padre habla a una hija sobre lo que acaba de hacer por amor....

-Qué locuela eres...Menos mal que estás en mis manos, menos mal que tu padre te quiere y yo también y me lo dijo, y te avisé, que esto no es un juego ni un capricho ni un placer, que esto es lo que es y que mis manos son las mejores, lo sé, no temas, sé que duele pero pronto pasará, estate tranquila, yo no me moveré de tu lado, solo cuando tenga que trabajar un ratito pero volveré. Duerme, niña, duerme y sueña con él, lo que has hecho bien te lo puede agradecer. Serás la novia más bonita del año que viene y me tendrás que dar el beso más grande que puedas dar porque mis manos bien lo valen, y mi cariño ni te cuento, si te ví nacer y sin mi ayuda creo que no hubieras venido a este mundo, so vaga, que bien a gusto estabas en el útero de tu madre y bien sabías que aquí fuera todo se complica, ¿verdad?. Duerme, niña, duerme y deja que todo se coloque de nuevo. Cuando puedas verte en un espejo yo estaré detrás de ti porque puedes llegar a pensar que no estás aquí, sino que has llegado a otro mundo y no es así, tus pies siguen en el suelo, este suelo que nos cobija y nos confunde, que nos maltrata y nos hace dar pasos equivocados, pero bueno, para algo tenía que estar yo también aquí :). Duerme, preciosa, duerme tranquila, que todo va bien, muy bien, no temas. Pronto llegará tu amado, para ver parte de su regalo envuelto en vendas y pomadas y yo podré irme a trabajar, otras personas me esperan, también me necesitan, me debo a ellas, así lo elegí, pero te quiero a ti, formas parte de mi viejo y desgastado corazoncito, no se puede hacer nada para evitar eso. Shhhhhhh, no te muevas tanto, solo intenta dormir, cierra los ojos, yo sigo aquí....

Y me dormí.

La segunda vez que abrí los ojos el sol ya entraba por la cristalera, eso me animó bastante, pero la silla estaba vacía y mi mano fría como el hielo, como un cristal roto.
Enfermeras, con el termómetro, la fregona y su alegría, menos mal....

Palabras cariñosas a todo mi alrededor, un alrededor difuso y contrariado, cambiado, nuevo y helado, muy helado. Era lo que más sentía, un frío helado que me hacía castañetear los dientes y me hacía echar de menos esa caricia en mi mano, sustituida por una aguja de acero helado y un goteo que no paraba.
Horas, horas vacías en las que no podía hacer nada más que pensar, pensar en él y en nuestro gran día, me aferraba a ello como un koala a su rama, o una rana a su charca y el bom bom de mi corazón era todo lo que podía oír, lo demás solo eran aparatos, máquinas frías que me hacían desear tu compañía.

Y volvías, a cada poco volvías, con tu sonrisa gigante, tu beso en la frente y tu caricia en mi mano, receta exclusiva de mi doctor favorito, mi Bermúdez, escultor de mi nueva vida, aunque no brillara como yo esperaba, o como él esperaba, un novio que me amaba pero que me utilizaba, ahora lo sé, aunque....como me gusta ver el lado bueno de las cosas, eso ya no tiene importancia...
Nos volveremos a ver....o no, mañana lo sabré y si es así confiaré en ti, como ayer, no lo dudes, estoy en tus manos y son unas manos mágicas que me acunan desde niña, que me amparan, que me quieren y jamás me dejarán caer solo en brazos de Morfeo, ahora y siempre.....lo sé....

Te extrañaré en la mesa de cubiertos de todas clases, servilleta rosa de algodón y copa para ese vino que nunca bebo pero....volveremos a ponerla, cualquier día, para celebrar que esta vez fue por y para mí bien :).
Tengo miedo, pero solo un poco, en cuanto pueda volver a ver tus lentes, tus lindos ojos, ese miedo desaparecerá....lo sé....