Iños...

Este tiempo....No debiera transcurrir tan aprisa, es como un caballo blanco, bello y ágil pero voraz en su cabalgadura hacia el vacío, la nada, el olvido.
No, imposible, a cada paso no sucede, pero siempre existe algo que me permite refrescar mi memoria y sentiros algo más cercanos de lo que estáis y creo que lo sabéis, aunque los lazos se vayan desatando poco a poco, lentamente, hay que ver...

Hoy, ahora, hace un momento, tan solo una terminación que alguien escribió en cualquier lugar , “iños” me ha llevado un poco más cerca de ti, Mamen, querida amiga, cuántos momentos vividos que no se pierden ni se perderán jamás.
No lo puedo evitar, perdóname, pero te conozco desde niña, te he visto crecer y vivir y no puedo evitar verte vestida de azafata en mi cabeza cada vez que pienso en ti, como ahora, hace un rato, justo ahí empezó esta historia.

Una historia que me ha traído recuerdos de aquellas “gesssss” de tu madre, mi segunda madre, linda por fuera y bella por dentro, que me quiso por nuera y no pudo ser porque date cuenta que cuando yo conocí a tu hermano, solo tenía 9 años y él 14, pero mis 9 eran de 9, sus 14, no, sus 14 parecían 20 y esa diferencia era demasiado abismal para superarla.
No obstante, era curioso como mi inteligencia superaba a la suya hasta el punto de que tu madre me pidiera que yo, precisamente yo, le diera clases de historia. Pobre...no sabía como arreglárselas para que estuviéramos juntos. Quiero suponer que su mentalidad era muy particular y esto no sucederá en toda la región, nunca te lo he preguntado, ahora que lo pienso...

En cualquier caso, más de una tarde me costaba más de un disgusto que aquel niño grande de párpados brillantes como el sol pero ojos negros como la noche, vaya contraste..., se centrara en la Pepa, en el Estado de Derecho y en el Sufragio Universal o en las Cortes de Cádiz...
Perdona que te diga pero tu hermano era un mentiroso. Decía que no podía concentrarse conmigo delante, pero es que aquello yo no podía decírselo a tu madre y cada tarde me sentía tan mal....Mira que fui tonta, eso lo veo ahora, desde aquel punto de vista, yo solo veía la manera de esquivar sus...tonterías y aprovechar la clase, porque tu madre además me pagaba y menuda responsabilidad...

Sí, querida amiga, con 9 años ya había nacido mi sentido de la responsabilidad hacía bastante, sí. Lo notaba yo de vez en cuando en cosas como aquella y qué malos ratos tan tontos me pasaba, de verdad, es gracioso ahora pero entonces no tenía ninguna gracia, te lo puedo jurar.

Y después a ti, pero tú sí las aprovecharías años después, sobre todo las de Lengua, te acuerdas?, aquella señorita Mayte nos traía por la calle de la amargura a todos y tú no podías ni dormir.

Una tarde me dí cuenta, sabes que siempre he sido muy observadora y tú me lo contaste, por lo que no había más que hablar, cada vez que salíamos del Instituto o nos quedábamos en la Biblioteca o íbamos a mi casa o a la tuya, según, variar está bien, aunque recomienden estudiar siempre en el mismo sitio, yo no creo en normas preestablecidas, sino solo en las que nos son útiles a nosotros mismos, esas sí que son convenientes de aplicar en nuestra vida diaria.
No entiendo como tan solo un “iños” me ha podido acercar un poco más a ti, pero así es la vida y me ha encantado notar tu leve roce, como un cálido beso en mitad de la noche, una noche oscura y un poco fría, así que tu recuerdo me reconforta y sé que ahora estás bien, muy bien, así que estoy tranquila porque además nunca podré olvidarte ni a ti, ni a tu hermano, ni a tu madre, ni a tu padre ni a tus dos hermanas más pequeñas, a las que conocí menos y el apego es algo menor, pero eso es inevitable, ocurre muchas veces..

Estés donde estés, noroeste, Gijón, o Madrid, espero que nada cambie en tu vida y si lo hace que sea para mejorar más todavía y que me recuerdes la mitad de lo que yo me acuerdo de ti...
Un beso, angelito lindo, ojos grises, un color único yo creo, jamás los he vuelto a ver iguales que los tuyos...Que seas muy felíz, no puede ser de otra manera ;)