Siempre, siempre...

Como siempre recurro a la noche porque creo que no estás. Pero entonces....¿por qué siento tu presencia?.
Como una caricia, un leve roce de uno de los dedos de tu mano en mi mejilla y un shhhhh que me despierta cada noche, cada trozo de noche en el más profundo de los sueños cuando soy capaz de alcanzarlo.
Y me incorporo ya con cierta costumbre, como si fuera a verte sentado al otro lado de la cama e incluso extiendo mi mano en un instento inútil de acariciar tu espalda para reclamarte el primer beso de la mañana, como hace tanto tiempo ya. Pero parece que fue ayer cada despertar, lo parece, solo lo parece.
A tientas sigo levantándome y encajando mis peculiares babuchas a mis pies, ya no voy descalza por la casa que me enfrío y es que los años no pasan en balde, ya lo creo.
Y sigo envolviéndome con ese batín que te volvía loco por su tacto...suave....sedoso...tierno....como yo. Solo me lo adhiero a la piel con las mangas encajadas, lo demás va flotando en el ambiente, por el pasillo, al mismo son de mis caderas, cansadas de divagar por el mismo espacio un amanecer y otro en busca de un café que me despeje y sea capaz de abrirme los ojos, que pinchan todavía y están pegados.
Pero me conozco la casa de memoria y solo voy atravesando viejas sombras del ayer que me acerquen aún más al amanecer que ya lo veo llegar por el marco de la ventana.
Entonces, con mi café en la mano salgo a la terraza y contemplo el nuevo día, majestuoso, me sigue pareciendo la mejor obra de todas, un día por llenar, un día del que contagiarme, de locura o de cordura, de tristeza o dolor o felicidad, eso tengo que decidirlo yo.
Sé que ni la radio ni la tele me lo pondrán fácil pero...¿quien piensa en poner esos trastos?, no, el ordenador tampoco, todavía no, porque una figura pequeña y restregándose sus lindos ojos aparece tras de mí con su pelo revuelto y su mejor sonrisa ya iluminándome. ¿Sabes lo que siento cuando la veo así, tras de mí, con su pijama y su pelo revuelto?, que el mundo es mio y solo mío.
Me hubiera gustado tanto compartirlo contigo...pero...no pudo ser. Tampoco conviene demasiado pararse a preguntar una el por qué, puedo perder un tiempo precioso y total no me serviría para nada. Siempre he sido tremendamente práctica...¿verdad?...sí, tal vez demasiado y orgullosa, muy orgullosa...demasiado, por eso y solo por eso perdí más de un tren, pero yo lo sé y asumo como soy, aunque...cuando la vida te ha tratado de tan distintas maneras, solo puedes quedarte con lo mejor que tienes.
Pero entonces tu pasado te mira de nuevo y te gustaria alcanzar otras cosas...claro...somos egoístas, no tenemos remedio,maldita raza de torturadores, que no dejamos ni nuestra propia cabecita en paz, con lo fácil que sería simplificar.
Algunas veces lo consigo, otras no...sobre todo en la quietud de la noche, cuando parece que el mundo no existe o que fuera otro, distinto, mi mundo...es cuando alargo mi mano al infinito o al vacío, no lo sé muy bien...por si...se encontrara con la tuya...Te espero cada noche y aunque lo olvide algo me guía, me lleva, me despierta, como un susurro, tu susurro...
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