El Precio de una Sonrisa

Tal como imaginaba, la noche fue avanzando en soledad, como siempre.
No he podido dormir, como muchas noches –sobre todo desde que soy mamá-. Una vuelta, y otra vuelta en la cama. Retiro la manta (este calor) otoñal, si, pero yo siento calor.
Un paseo al cuarto contiguo. Ella duerme....¿por qué yo no?. Qué envidia me da la inocencia de ese ángel que duerme feliz. Es lo único que me da envidia en esta vida.
Un cigarro....puede ser la solución. Sé que no, en el fondo, pero no busco fondos, solo el sueño, que se niega a hacerme compañía esta noche, a poseerme de una vez y hasta las siete de la mañana. Me temo que no va a ser así.
Otro paseo, pero no hay nada interesante en la tele.
Ya te he visto, pero no pienso encenderte, no. Tengo que pensar en lo que va a suceder mañana. Tengo que atar todos mis cabos. Estoy segura, casi convencida de cual va a ser tu problema. Te lamentarás, sin razón alguna, por supuesto, de que ves poco a nuestra hija. Me duele el alma de decirte que siempre que vienes a por ella te la llevas....¿por qué piensas así, entonces?. Es una manera tonta de protestar, como las rabietas de los niños: injustificadas, caprichosas y carentes de razón. Por el segundo aspecto estarás preocupado, seguro, el económico. Alguien te habrá dicho que te voy a chupar la sangre, seguro. ¿Qué cara pondrás cuando afirme abiertamente que no quiero nada pecuniario de ti?. Me muero de ganas por ver tu cara.
Miro el reloj, ya queda menos. Abrazada a la almohada van transcurriendo los minutos uno a uno tranquilamente, despacio, sosegadamente.....Me recuerdan a algo.....y el calor se vuelve a apoderar de mí, una sensación de estremecimiento recorre mi cuerpo, desde mi zona más íntima hasta mis pechos, para acabar en un fogonazo en mis ojos que me traen la misma imagen de siempre. Yo le sonrío, ya es familiar para mí, no me hace falta ni encender el ordenador....Poco a poco, como hipnotizada por esa imagen, me voy quedando dormida, porque lo siguiente que oigo es el despertador, familiar también, bastante familiar. Mi jornada especial e irrepetible va a dar comienzo.....
Camino muy lentamente, no tengo muchas ganas de llegar hasta el Juzgado, pero tampoco quiero pensar en lo que sucedería si no entro. Yo nunca he sido cobarde...¿por qué me asalta ahora esa idea?, Ah, si, ya lo sé, es el miedo, es la novedad, claro, nunca, jamás, he pasado por esto otras veces....¿Y qué suelo hacer yo en estos casos?, ni idea, tendré que improvisar algo....
Mientras paseo por el gran hall contiguo a la Sala donde se me ha citado, veo a un caballero fumando y siento ganas. No sé si es que se me enciende un piloto en la frente o que el caballero es así por naturaleza, el caso es que me ofrece un cigarrillo y devolviéndole una amable sonrisa, se lo acepto....El pensará que le he sonreído por él mismo, aunque no seré yo quien le quite esa idea de la cabeza, pero si he sonreído ha sido porque no recuerdo la cantidad de cigarrillos y de caramelos que me han ofrecido desde que diste aquel golpe a la puerta dejándome detrás de ella....Me hubiera gustado contarlos, para en ese momento saberlo, sin más, por pura curiosidad.....Todos y cada uno de aquellos cigarrillos acabaron aplastados bajo mis pies y todos y cada uno de los caramelos de los más variopintos sabores terminaron disueltos en mi boca, pero este iba a ser diferente. Tenía ganas de hablar con alguien, me daba igual con quien. Creo que hubiera hablado hasta contigo si llegas a estar ya en el hall, aunque tu costumbre siempre ha sido llegar con la hora justa a los sitios, de modo que, me puse a hablar con él...
-Muchas gracias....No llevo tabaco, pero de pronto he sentido ganas de....
-Te comprendo, son los nervios...¿verdad?. Desde luego esto no ayuda para nada a dejarlo...-me refiero al tabaco-.
-No mucho, la verdad.
-¿Cómo te llamas?.
-María.
-Yo me llamo Arturo. Supongo que estás aquí para algo relacionado con la familia, ¿no?, bueno, lo digo porque esto es un Juzgado de Familia y...aunque estás muy guapa, no estás precisamente vestida de novia, ¿o es que no te acordaste del ramo?.
-Gracias por lo de guapa, pero no, no he venido a casarme, sino más bien a lo contrario. Tú también estás muy guapo, ¿se retrasa la novia?...
Por fin el ambiente empezaba a ser algo distendido y acorde a mis ideales de sociedad, que la gente desconocida se conozca, se hable,.....es tan sano.....hace tanto bien......y que lo sepa dejar ahí, una charla, sin más.
Y entonces tuviste que llegar tú, con tu arrogancia y tu cara de saberlo todo. Tu saludo fue algo extraño, o eso me pareció. Un “no pierdes el tiempo” inoportuno, fuera de lugar, de contexto....muy propio de ti, efectivamente.
No te contesté lo que te merecías oír, porque soy tan....señora....que no vale la pena....Me callo tantas veces cuando dicen tonterías, que me sobra costumbre, es lo bueno y lo malo de vivir en un pueblo pequeño, un pueblo donde además tú casi eres el amo.
Por suerte nos llamaron a los dos minutos de que tú llegaras. Me despedí de Arturo sin palabras, su apretón en una de mis manos me dijo mucho sin una sola palabra y su sonrisa también. Pensé que no volvería a verle, porque me había centrado en la función que iba a empezar en breves instantes. Contigo ya solo me quedaba eso, actuar, y así fue.
Nos leyeron un montón de palabras que seguro apenas entendiste. Pues nos estaban diciendo que en fecha de tal y tal se había –pasado- celebrado el vínculo marital entre Don Alvaro tal y tal y Doña María de .....tal y tal que con fecha de hoy y aportando testimonio de falta o carencia de afecto y arraigo familiar así como eso que a ti tanto te gusta por un periodo ininterrumpido de dos años mas los días que procedían desde las fechas coincidentes, se venía a presentar la diligencia de solicitud de la disolución de tal y tal efecto. Vamos, que no nos casamos, que fue un efecto, secundario, si, y mucho.....que no entendiste nada, pero te apresuraste a preguntar los dos puntos que yo sabía que saldrían. Y por fin vi tu cara de asombro al saber que yo no quiero nada de ti, que lo único que quiero es terminar con esto, nada más, pero de la mejor manera posible.
Porque existe alguien que tú ves siempre que quieres y te viene bien. Por mucho que quiera ese papel está firmado, pero solo me permite una licencia, lo que hice cuando salí de allí algo asqueada, mareada y con mal cuerpo de ver como tus ojos ni en un día como ese perdía la oportunidad de mirar donde no debió mirar nunca, a mi corazón.
Después de tanto esperar, después de tanto papeleo y silencio, me acerqué al muelle donde me susurraste la primera vez y con todas mis ganas dejé que el anillo de boda se deslizara por mi dedo hacia el fondo del mar. Un placer inmenso y momentáneo embargó mi mente y mi corazón, pero nada más, todo lo demás sigue igual, porque somos tres y me temo que hasta dentro de catorce años va a seguir tal como estaba antes de tus impertinencias y tus.....cosas.
Un poco más libre si me siento, no te lo niego, pero muy poco. Deberías seguir asistiendo a las reuniones del colegio, al reciclado de vestuario, a los menús alimentarios, a las urgencias, a.....todas las cosas que siempre nos han unido y que no terminarán con una firma en un papel.
Yo te lo pondré siempre fácil, pero....¿y tu?. No estoy segura, nunca lo has hecho...¿lo vas a hacer ahora?. Espero que si, que mi regalo de librarte de cargas económicas te deje un poquito más de espacio para la ternura y la calma y sepamos llevar esto como debe ser.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home