28 abril 2009

Hechizo


Jimena despertó sobresaltada, asustada, con sed y sudorosa.¿Formaba aquello parte de su realidad o….soñaba aún? No estaba segura. Se incorporó y levantó de la cama cuando encontró pistas sobre su escritorio: una bandeja de plata, restos de ceniza de un papel quemado y una cerilla apagada. Sí, había sido capaz, sí, de probar con la receta de la abuela: "Querida niña, toma una hoja blanca e inmaculada y con un rotulador rojo fuego escribe desde el principio hasta el final su nombre y sus apellidos. Después, dobla la hoja en muchos dobleces y coloca el liote sobre una bandeja de color plateado. Pon encima del papel liado, una hoja de laurel y espolvoreacon canela. Préndelo con una cerilla de madera y aguarda a que se consuma. Las cenizas,deposítalas en un vaso de cristal limpio y transparente que guardarás en el lugar más recóndito y oscuro de tu casa. Y solo te quedará esperar porque Él llegará hasta ti"

Jimena, algo confusa todavía, se subió a una silla intentando ver si en lo más alto del maletero de su armario descansaba aquel vaso de su sueño y entonces fue cuando atónita, lo vió, escondido.

Todo empezó a encajarle mejor…Llevaba días preocupada por su buen amigo Pablo, desaparecido sin saber como aunque ella conocía bien el por qué pero se marchó en el peor momento de su vida,cuando ella más lo necesitaba, justo cuando iba a decirle que respetarían ambos su viejo sueño y a pedirle que le ayudara a mantener una pequeña ilusión viva, que Jimena lo necesitaba y solo a él podía pedírselo….Pero Pablo le volvió la espalda, ¿Quién era ella?

Solo una amiga más de las innumerables que aquel hombre podía conseguir por su forma de ser.

Y fue cuando Jimena, presa de un dolor descorazonador se atrevió a poner en marcha aquel encantamiento que la sumergió en un profundo sueño donde conoció a Álvaro, que paseaba por su vida casi a diario preocupándose en aquel sueño como el clásico y eterno novio por ella e insuflando sus mejores ánimos para que la chica aprobara el carné de conducir de una vez, o intercambiando sus rutinas, sus paseos a la playa descalza o sus búsquedas de helados.

Lo extraño era que en aquel sueño, Jimena tenía la piel más tersa y morena, su pelo más negro y sus curvas más provocadoras, unos encantos de mujer que sin duda no le pertenecían, no era ella….y Álvaro no lo sabía y a ella le incomodaba mucho que la viera distinta,diferente, más joven, más hermosa, de modo que Jimena se angustiaba cada vez más y más en aquel sueño del que no sabía como salir…

Una tarde, paseando llorosa por el puerto, junto a un barco abandonado que llamó poderosamente su atención descubrió una sombra y persiguiéndola se adentró en una especie de yate fantasma.

Jimena desconocía de sí misma ser capaz de reunir tanto valor en pos de un aparente espejismo pero subió a aquel barco y gritó: "¿Quién eres?" Y una voz afrancesada y masculina le respondió:

-Soy Francesc, patrón de este barco, ¿Quién eres tú, mujer?...

Por un momento Jimena se sintió turbada, era el tono de aquel hombre y su rostro cálido y humano…Notó un nerviosismo que reconoció enseguida, casi con la misma rapidez que se lo quitó de encima sacudiendo su cabeza unos segundos y viéndose reflejada en un viejo espejo de aquella estancia donde volvia a ser ella otra vez,
con su cabello castaño, su piel cuidada pero madura y sus bastas formas prisioneras de un tiempo más actualizado…

-Lo…lo siento, me llamo Jimena, disculpa, me asusté y grité. Siempre había visto desde casa este barco vacío y fantasmagórico…

-Pues ya ves que tiene dueño, encantado, Jimena, acércate, te invito a un refresco, un zumo, leche….Esos ojos….¿atormentada, pequeña?

-Tal vez…

-El tormento no es bueno, hace daño. Si me aceptas un consejo te diré que salgas ahí fuera y grites fuerte, muy fuerte tu nombre, lo más alto y claro que seas capaz, que no tengas ningún temor de nada en esta vida, piensa en todo lo que has vivido y asúmelo como aprendizaje, cambia de senda, son muchas las que te esperan ahí afuera y lucha, como todos hacemos, por ser feliz pero tranquiliza,sosiega tu alma, puedo percibirla muy intoxicada….

Sin saber por qué, Jimena sintió un bienestar raro, distinto, diferente al de toda su vida anterior y explicó a aquel viejo marinero sentada a su mesa, ante una taza de cacao caliente, como si se conocieran de toda la vida, los pasajes más escabrosos de su vida….Como un día se resignó a obedecer a su padre, un verdadero tirano sin remedio, y como otro el corazón le palpitó fuertemente de amor y se olvidó de vivir su propia vida….y cansada de perder el tiempo, fuerzas y ganas,se colgó de una roca pura color marino apresada de un encantamiento que ya no sabía como parar…

El marinero rió a carcajadas, no por falta de respeto, sino tal vez y más bien por escepticismo. Acarició el pelo de Jimena y le recomendó que despertara de aquel sueño, devolviera a la luz el vaso, lo enfriara bajo el grifo del agua y simple y llanamente cambiara de senda…

-"Simplifica, mujer, simplifica tu vida y date a ti misma otra oportunidad, eso sí, esta vez haz de tu camino el verdadero. La historia nos demuestra que nunca es tarde si la dicha es buena.Busca tu dicha, te está esperando y deja de fijarte en los trenes que pasan por tu lado, sube y baja a voluntad, juega con tu vida, sin mirar atrás, disfruta de la vida pero a cara descubierta y ….lo que tenga que ser…..será…..Cuando hagas todo eso, si notas que aún te falta algo, vuelve y juntos, si quieres, surcaremos ese mar que se ve ante nosotros…Yo te esperaré aquí mismo"

Y en aquel momento, Jimena, despertó de su….sueño….

¿Qué si volvió Jimena junto al marinero? Sí, cada invierno vuelve junto a él a tomar cacao caliente en aquel viejo barco lleno detesoros fantasmagóricos.

Jimena adora charlar con aquel hombre de ojos verdes y mirada ensoñadora, como la suya….y cualquier verano de los que llegarán surcarán los mares de la inmensidad, porque en tierra queda lo carnal, en el mar todo se ve de distinta manera, mucho más real….e interesante….