El y Ella

ÉL, siempre sonriente, ELLA, siempre complaciente, atormentada, inquieta y asustada. ÉL, alma indomable, ELLA, suspirable, incierta, indecisa y tierna. Él, se dio cuenta de su poder y de sus comienzos envueltos en sonidos envolventes de trompetas y violines, llegó a callar y a no contarle nada. Ella se contagió de su silencio, se arropó en desgaste hueco y fue pesando el tiempo. ÉL caminó alegre por la senda de miel pintada que aprendió de ELLA, ELLA se encontró un buen día rodeada de fantasmas que ni se esforzaban en ofrecerle un nombre para recordar, solo deseo, juego y oscuridad y fue cuando se odió aún más a sí misma, incapaz de arrancar de aquellas almas en pena una historia bonita o fea con la que sonreír o llorar pero….de verdad, suspirar, alegrar, gritar o soñar pero….de verdad. Aunque no le hicieran ningún daño, aquellos fantasmas arañaban su alma sedosa hasta que un buen día ELLA vio lo que no quería ver y dejó de soñar. La luna salió para ÉL, para ELLA todo volvió a ser oscuridad desde la cálida orilla de la cordialidad.