10 abril 2009

Inspiración


Me pregunto dónde te habrás metido.
Otra vez has vuelto a fugarte y sin preaviso.

Ya debería estar acostumbrada a tus olvidos, ausencias, importunencias, devaneos, feos, y todo lo que me aparta de tí de vez en cuando, pero no, no me acostumbro. Eres cruel conmigo.
¿Cuánto tiempo llevamos juntas?. A ver...que piense un poco....Yo creo que fue aquel invierno de 1979, en el regalo invisible navideño del colegio. Me tocó en suerte una libreta cuya portada estaba iluminada por un sol. Me gustó tanto¡¡¡¡¡ que el supuesto amigo invisible se delató solo.

-“Cómo brillan tus ojos” –exclamó- “No pensé que te fuera a hacer tanta ilusión algo tan cutre”.
-Ah, de modo que has sido tu?,-le interrogaba yo algo curiosa-. Yo también vi que le había tocado en suerte lo que yo preparé solo que supe disimularlo mejor.

Por la noche empecé a escribir en ella, ¿recuerdas?, todavía no he dejado de hacerlo. Aquella libreta ya no tiene páginas, por supuesto, pero yo se las fui añadiendo año tras año hasta que llegó otra en color verde con letras en oro y con llave. Aquello se llamaba Diario y solo yo podía abrirlo. Aún las conservo juntas, aunque no revueltas. Yo sé cual es la primera y cual la segunda. Hubo muchas más hasta que tuve ordenador. No las he contado, pero lo que nunca hubiera imaginado es que todavía hoy al leerlas tenga dudas de que lo escrito está escrito por mí.
Debe ser cosa tuya, que me dictas esas frases tan....extrañas, unas veces, tan profundas, otras o tan sencillas la mayoría de las veces, pero mías, al fin y al cabo. De alguna parte de mí brotan, sin dirección ni rumbo, pero quieren y necesitan estar sobre ese papel.

Hoy ya no uso el papel, sino la pantalla y lo archivo en un documento word para después acumularlo en alguno de estos discos de 3.5 creo que se llaman que ocupan menos.
Veinticuatro años juntas y solo en el último año es cuando más te pierdes, cuando me dejas, me abandonas, me olvidas.....No lo entiendo. Me gustaría que alguien más que escribe me contara si le sucede lo mismo, pero no frecuento ese tipo de compañías, más bien me gusta ser el soporte de aquellos que buscan su forma de expresión por las letras, pero, bueno, nunca es tarde para conocer o saber de alguien que haya vivido algo parecido.
Yo, después de la sorpresa inicial, que me duró un par de meses, ya estaba acostumbrada a convivir contigo, siempre ahí, dentro de mí, dictándome cada vez que el silencio o la música suave me acompañaba y entonces mi vista se iba sola hacia ella, la Luna, su luz, sus guiños, su magia, hacía que tú te despertaras y dulcemente me dictaras palabras hermosas o duras o llenas de rabia o de amor, sentimientos, emociones, experiencias, vivencias, rimas, penas y alegrías que derramé sobre un papel o sobre una tecla para después volver a la vida y terminar siempre por abrazarte al anochecer.
¿Tú también te irás para siempre?. Este mes está lleno de pérdidas, pues a tí si te lo pido y hasta suplico con todo el sentimiento del que soy capaz: INSPIRACIÓN, no me abandones ahora, vuelve, ya no sé vivir sin ti.