13 abril 2009

Juguemos...


La verdad es que me resultaría muy difícil aceptarlo. No por mí, que lo he hecho, y lo sabes, sino por ti, tan recto, tan formal, tan sincero y auténtico.....Tú eres tú, un cristal limpio, resplandeciente, si, eso mejor, un resplandor que daña la vista (ya estoy con mis metáforas....)....porque dañar no dañas nada, sino todo lo contrario, suavizas, elevas, magnificas la belleza, la buscas y la encuentras, por muy escondida que esté. A todo le encuentras su lado bueno, por eso eres como un tesoro en las cálidas aguas de un océano y a todos muestras el puñado de monedas de oro que se aloja en tu interior. Por consiguiente no puedes pasar desapercibido, pero es tanta tu modestia....no tienes arreglo en ese sentido.
Supongo que también puede ser una “ilusión”, un espejismo.....Sí, va a ser eso, aunque si hiciera caso de mi abuela, no pensaría así.

Pensaría que has aprendido una pequeña lección.

Estamos tan acostumbrados a ponerle nombre a todo, a codificar, a etiquetar que.....no podríamos entender donde, como, cuando, y por qué nos puede llegar a ser útil una ilusión.

Solo que, como a todo el mundo, no me gusta la venganza gratuita. No me gusta de ninguna clase pero hoy siento que te estás vengando. Solo que yo no lo llamaría ni lo llamaré venganza. Me acerco más a pensar en la ley del Talión, “ojo por ojo” y esto, en un juego, hasta es divertido....
Juguemos pues....

Te conozco perfectamente, más que nadie,
A menos que.....

Hoy me he encontrado con algo escrito que parecía estar pensado para mí. Nadie, absolutamente nadie en este mundo salvo tú sabe que esas son las palabras que yo anhelo desde hace muchos años leer o escuchar.
Cuando aparezca esa persona, esté donde esté, haga lo que haga, diga lo que diga, sea como sea, o piense lo que piense, habré encontrado la felicidad más absoluta, una felicidad que no se tiene por qué vivir “codo con codo”, muchas veces, las cosas más pequeñas son las que más endulzan nuestra existencia, aunque no estén próximas.

Me gustaría dejar de analizar algunas cosas, pero no puedo, es superior a mí.
No puedo dejar de pararme a pensar que noviembre fue un mes muy malo para ti, que sin duda te replantearías un montón de cosas, cosas nuestras que a nadie le importan solo a ti y a mí.

Y no puedo dejar de pensar que desearas en ese momento ser otra persona, más que nada en este mundo, sobre todo porque a mí me sucedió una vez. Casi me hundo, pero tu mano estaba ahí y me sacó del lodo, de aquel barranco que me bebía entera...
No hay por qué renunciar a lo que nos gusta, por nada ni por nadie, sobre todo cuando no hace daño.

Diciembre no mejoró demasiado, y enero....bueno....enero mejor olvidarnos de él.
Lo que no comprendo es el modo y manera. ¿Has perdido la poca confianza que me gané de ti, es eso?.

Te hago insinuaciones a las que tú solo respondes con silencio. Luego no sabré la verdad. Aunque te acerques a mí, no sabré que eres tú. No quieres que lo sepa, porque es mucho más sencillo decir que sí, que hacía falta esa burrada para encontrar de nuevo el camino, y ya está....no hace falta explicar nada más.
Pero no. Prefieres ser otra cosa y asomar y esconderte a golpe de impulso, e incluso de arrepentimiento, diría yo. Creo que más bien te arrepientes de lo que has hecho, a juzgar por tu guión.

Mi cabeza divaga porque estoy firmemente convencida de que al igual que existe un mapa de cromosomas, existe un mapa, una señal en cada golpe de letra que te envío y que ante tus ojos me hace única e irrepetible. Y eso me sucede a mí ahora, solo que no encuentro la necesidad porque, de haberla, lógicamente, solo la sabes tú y si no te pareció bien hablar aquel día, todavía es más descorazonador perderte del todo en alas de otro mapa, es tan inmenso el mundo, el cosmos, el aire, la brisa.....
¿Por qué?, solo dime por qué y me marcharé para siempre, no tengo especial interés en seguir aquí de esa manera porque parte de mi alma te pertenece y poco a poco se apaga sin tu alimento, de modo que de una u otra forma se extinguirá mi eco por estos lares a menos que reciba mi alimento y hasta ahora no he sido capaz de cambiar de plato y no será porque no lo haya intentado.

No me dejes con la duda, tesoro, o sabes bien que me perseguirá el resto de mis días en una distancia y silencio que ya no tendrá remedio ni final feliz y que hasta puede que deje de ser yo misma y eso no sería bueno para la humanidad.
Un alma herida es un tormento para todos aquellos que la rodean.....