13 abril 2009

Un dulce para un Lucero


Hoy tengo ganas de ti. Quiero arrancarte, aunque sea a jirones, una palabra, suplicarte que emborrones con tus letras mi alma y ese pedacito de mi corazón que te pertenece. Aunque solo sea un “hola”, un “qué haces” o un “donde estás hoy” ....Cualquier cosa menos “como estás”, porque a eso ni yo misma sabría qué responderte.
Sé que siempre estás ahí, construyendo entre algodones tu vida, que para eso es tuya y te pertenece. Es algo grande que tenemos, una obra propia que se presta a todo, o casi todo.

Hoy quiero explicarte por qué somos uno, o a qué me refería cuando dije algo así, pobre presuntuosa, ilusa, tan segura siempre de mí misma .....
Tenemos casi el mismo, idéntico concepto de este mundo o incluso de su más allá . La palabra clave es bondad. Habita dentro de nosotros mismos, convivimos con ella sin notar rareza ni extrañeza porque esté ahí y eso es bueno para ambos. Solo así podrá llegar a ser algo mejor este mundo, y tú lo sabes igual que yo.

Hemos descubierto tormentos ocultos, y a pesar de maravillarnos de sus causas, no podemos pasar de largo ante ninguna injusticia, pero cuando alguien es como yo, es cierto que procuro evitarle un sufrimiento, un dolor, por pequeñito que sea. Aquello de que con uno que sufra es suficiente. Soportar por los dos una injusticia, algo que duele y que no sabes como erradicar. Mientras buscas la salida callas, ahora lo entiendo aunque preferiría no tener que hacerlo.
Son tantas las cosas que pueden cambiar en un día......que cuando te dije que somos uno, puede que no te conociera bien. Lo mismo que cuando noté ese último dolor que me aguardaba en la vida y que no será el último, descubrí perfectamente cómo se alejaba de mí aquella María mágica de sonrisa siempre encendida.....

Y tuve miedo de sentir, solo quería ser química: agua, sangre, venas.....
Y desee ser un animalito sin darme cuenta de que hasta ellos se asustan cuando se sienten indefensos. El corazón les late muy rápidamente y yo creo que deben sentir algo, pero no estoy segura de cómo ni de qué exactamente.

Además paseabas por mis palabras como una sombra, sin decir nada y eso debilitó algo en mí. No es sencillo de explicar , aunque creo que sabes a lo que me refiero. Si no hay causa, no hay efecto, o lo hay pero es diferente, distinto, silencioso, lejano, como ausente....Solo yo lo sé.
Pero apareciste de nuevo. Y entonces aquella vela blanca y mágica iluminó de nuevo. Siempre va a ser así por pocas fuerzas que me queden. Tus palabras las encienden de nuevo, una y otra vez, dejando su reflejo en el papel.

Yo sé bien cómo sería si tu silencio fuera perpetuo. María seguiría escribiendo sobre sus cosas, sus sentimientos, su mundo interno, pero....¿necesariamente tengo que escribir solo sobre eso y sentir todo lo que siento sin sentirte a ti, mi gordi?. Esa respuesta solo está en tus dedos y en tu dirección.
Si tú te metes conmigo porque además a mí me gusta que lo hagas, yo me seguiré metiendo contigo. Soy una mujer bastante contestataria respecto de casi todo y tú no ibas a ser menos. Cada vez que camina por mi alrededor el amarillo de tus dedos noto como afloran solas las ideas, todo lo que quiero decirte y este es el medio, no habrá otro.

Somos conscientes de una barrera que nunca nos importó, y menos ahora. Pero ante mí se alzó tu sonrisa y tu risa y tu mirada y el brillo de tu lado más salvaje, humano y libre. Estoy perdida y por eso vengo a suplicar una palabra tuya con humildad, cariño y valentía. Eso nunca cambiará. Siempre va a estar conmigo tu inquietud, tu saber que existes, que eres, que estás. Y siempre te preguntaré en silencio y nunca sabré por qué te vas...Y aunque lo supiera, no me gusta recordar.....
Vivo en ti y tú en mí, espero que no se te olvide porque a pesar del silencio eso es algo que ya no puede cambiar.