La última ola de frío

Existe una palabra que me importa mucho por encima de todas: FELICIDAD. Pero no solo la mía, sino la de toda persona que es capaz de entrar en mi corazón.
Os advierto que no es tarea fácil penetrar en tan dura fortaleza, pero tal vez eso a la hora de escribir se note poco, incluso nada...Y depende tantísimo del tipo de persona que irrumpe en ella¡¡¡¡¡
Pues....tened en cuenta que muchas veces he escrito, porque así lo pienso y así lo llevo a la práctica, que cada amanecer intento procurarme una gotita más de felicidad. Que siempre intento con gran éxito estar de buen humor, que cada día me esfuerzo por no dañar a nadie y si puedo ayudar en algo así lo hago.
Es solo que cuando no te dejan o no quieren...¿vosotros no os cabreáis?. Pues yo si, y mucho, y me dura una eternidad, tanto que por no pasar por lo mismo de nuevo, suelo dar media vuelta y ni mirar a la cara o ni prestar mi atención a quien se encierra en su concha despreciando una palabra amable mía...Soy así de orgullosa, ¿qué le voy a hacer?.
Supongo que me desahogo con el teclado, con esta pantalla en blanco donde van saliendo letras y palabras para formar frases y párrafos...No son nada más que eso...Dejan salir mi decepción, o mi desilusión, o mi tristeza, pero....no moriré de melancolía ni de pena, eso lo sé. Soy pura roca, de verdad...Si no lo dejara salir tal vez me hundiera en mi desesperación pero lo dejo salir y eso hace que vaya suavizándose y serenándose mi alma dolida o rota. Además tengo a la mejor confidente que una mujer puede desear, mi madre. Es la única a la que hoy por hoy desnudo mi alma cada día, para librarme de tanto peso como dan ciertos aspectos o matices de la vida. Es tan sutil el arco iris de la existencia que vale la pena hablar ¡Y MUCHO¡, eso sí, con alguien que te escuche de verdad. Que no te juzgue, que no te regañe, que, simplemente, te escuche. Y ella es así, sufrida, cómplice, valiente y...amiga. Ante todo es eso, mi amiga.
Y le he contado lo que hice. Que por temor a saturarla, compartí su ardua carga, pero que justo cuando pude, de alguna manera, devolver el favor tan enorme que aquella persona me brindó...desapareció y la causa- efecto producida me desbordó y me cabreó y mucho. Y me dolió. Pero también aquello pasó. Son horas y horas bañada por palabras cariñosas, visitas inesperadas, sonrisas de choque...como para permanecer anclada en tan desagradable recuerdo.
¿Voy ahora a averiguar nada más sobre el tema al respecto?. Pues no. Mi corazón se recicla cada día y pobre de aquel que así no lo haga. Padecerá...y mucho.
Es verdad que pude haberme guardado ciertas reflexiones para mí. Cierto. Y así lo haré a partir de hoy mismo.Solo palabras, letras, frases que como de un manantial el agua, brotan de mi corazón gota a gota y he querido compartir con vosotros...nada más...
Pero cada día que amanece, me reencuentro conmigo misma, me busco, es lo primero que hago y a veces hasta yo misma tardo en encontrarme.Y después inicio mi vida, una vida envidiable para muchos, tal vez demasiados, y carente para otros, seguro que no saben demasiado bien lo que es una carencia. Porque si lo supieran no pensarían así.
Lo importante de la vida puede ser todo lo demás al margen de esa carencia. Todo está en el punto donde queramos y hagamos nuestro esfuerzo por equilibrar la balanza...Así de sencillo.
Me gusta salir a la calle con una sonrisa puesta. Notar como el viento helado que hace hoy por hoy azota mi cara y me despierta de los cientos de miles de sueños despierta que vivo al cabo del día. Soy una soñadora. Pues sí. Sueño con un mundo mejor mientras voy en bus, o en tren, no si soy yo la que voy al volante, desde luego, en ese caso aplazo mi sueño despierta, ¿qué le voy a hacer?. Y nunca, jamás, espero nada de nadie y menos que sean de una manera establecida por mí. Yo quiero a las personas tal y como son. Sé aceptarlo y suelo amoldarme bastante bien, si me dejan, que no siempre ocurre así...pero...así es la vida...Y no pasa nada. El mundo no se acaba por eso. Algo sufre por dentro, pero en cada reciclado va a menos.
Me gusta sonreír y hablar, sobre todo hablar. Estoy afónica de lo que he hablado esta última semana, porque, claro, atascada en una ola de frío, algo hay que hacer, ¿qué mejor que hablar?. He conocido personas increíbles, cada una con su forma de ser, su teoría y práctica de la vida...totalmente respetables y que sorprendentemente cuando me iba, me decían: “¿pero no te irás así, no?”. ¿Qué no?. Ahora mismo. Tengo muchas ganas de ver a mi hija, que llevo seis días sin verla. Vosotros estáis bien y también seguís vuestra ruta, ¿qué se puede hacer?.
Bueno....-sugerían algunos- Alguna manera tiene que haber de seguir sabiendo de ti y enviarte un saludo de vez en cuando...Y apenas los conocía de unas horas...Y no compartimos nada de nada, solo palabras, cariño, ternura, para despistar al frío...En cambio contigo...ni un café ...Ni frío ni caliente...Siempre hay algo que lo impide y no es justo...Darme cuenta de aquello...dolió de nuevo, aunque pasará.
Soy tan mía yo...Y sé que algún día ni se acordarán de mí, pero solo aquella intención, me enseñó algo...¡¡¡¡¡¡¡¡¡¿Es que nadie lo percibe?¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡. Yo sí, soy muy sensible, es mi mayor defecto, pero cogí un borrador del maletín y borré de mi frente aquella idea absurda que martilleaba mi mente, eaaaaaa, reciclado automático y rápido. Algunas veces es necesario.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home