Te miro y...siento...

Es el vacío que llega de nuevo. Como las olas a la orilla, como la espuma llena de sal.
Llega, pesado, gigante, enorme, llega. Se instala, sin pedir permiso, en mi corazón. Y entonces lo llena todo. Yo solo puedo cerrar mis ojos y volar. Esperar a que pase, como la tormenta, como un huracán.
Con los ojos cerrados te escucho. Es el latido de mi corazón, cada vez más apresurado hasta que encuadro la respiración y junto las yemas de mis dedos. Mis piernas, encogidas, me recuerdan, seguramente, una postura cómoda que envuelve mi cuerpo en el recogimiento que necesito para librarme de ti, masa pesada y molesta que me quiere llenar, toda entera. Que me llena, que me inunda, pero yo te rechazo. Soy más fuerte que tú. Estás en mis dominios. Aquí soy el Ama, un ama de bondad y bienestar que tú no conoces ni qué es.
Y entonces remites, regresas allá donde quiera que sea de donde vengas. Mi corazón se va serenando. El picor de mi nariz cesa. Por fin abro los ojos y veo dos luceros pequeñitos:
-Mami, mami.....otra vez meditando?.
-Si, lucero, mami estaba consigo misma.
-Yo también quiero, mami....
Pierdo totalmente la concentración, pero gano alegría. Y lo hacemos, las dos juntas. Ella me imita en todo, es como un lorito. Y pone carita de interesada y de interesante. Voy a besarla, me comería esos mofletes, pero no quiero que se asuste. Con un fuerte abrazo será suficiente. Y entonces la estrecho entre mis brazos. Veo su sonrisa que refracta en mis ojos y me contagia. Mi mente se llena de ella. Atraviesa las barreras más infranqueables. Me lleno de ti, como si solo fuéramos una, porque hace algún tiempo fuimos una.
Pero ahora estás aquí, imitándome, contagiándome tu risa. Creces tan deprisa......
Y la de cosas que vamos a hacer juntas.....
De momento es el parque lo que más te atrae...Ayer tenía sueño y frio, pero fuimos juntas a ese parque que tanto te gusta. Yo estaba muy cansada....Mamá ya no es una lozana y los cambios de tiempo atacan mis rodillas no sé muy bien por qué, pero me senté en un banco mientras tu jugabas. Crucé las piernas y te contemplé durante mucho rato.
Algún dia cambiarás el tobogán por ir de compras, o leer juntas, o simplemente comer y charlar contigo será una delicia. Espero que me lo cuentes todo. Yo estoy haciendo todo lo posible porque así sea y de momento así es. Demasiadas cosas me preguntas que no sé responder muy bien, porque no puedo ser muy imparcial.
-¿Hoy vendrá papi a dormir, mami?.
Es la pregunta que más me duele por ti, que no por mí. Siempre tengo que decirte la verdad, que no. Pero tú no te conformas con un si o un no y después viene el por qué....
Intento, como puedo, darte una explicación que tú puedas comprender, pero eso es imposible. Se te rompe un esquema y yo lo sé, pero no puedo hacer nada por evitarte ese pequeño dolor. Espero que sea tan pequeño que no merezca la pena. El resto del día, te abrazo, y te beso y te adoro hasta que no me quedan fuerzas. Solo desearía que lo que hago sirva para suavizar un poquito ese temor de la noche, esas preguntas temidas, esas respuestas que yo aún no sé como interpretas ni el efecto que producen en ti.
Mi vida, sé que es mucho pedir, pero aprende a vivir con esto. Serás más feliz. Es un deseo de madre, un deseo que nace cada noche y espero que crezca tranquilo, sin más trauma que el de saber que tu papi no te lee un cuento cada noche, solo algunas. Ni te acurruca cuando sueñas y lloras en mitad de la noche, solo algunas.
Espero que aprendas a verlo por el lado bueno. Tendrás dos vidas, dos casas, dos amores, seguramente diferentes, pero dos, no uno y medio como yo conocí cuando era como tú. Me sacas medio punto de ventaja, pillina.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home