Pide Un Deseo...

Desearía despertar y estar dormida. Que el blanco de tu paisaje cubriera también mi alma, mi corazón, el sentido de mi vida.
Desearía poder volar para escaparme a hurtadillas y rozar tu pelo oscuro con mis dedos sutilmente.
Desearía empezar la mañana viendo tu sonrisa y escuchar tu dulce voz decirme cómo estoy de rica.
Desearía cosas tan pequeñas.....que se pierden en mis manos. Su tamaño es casi nada, pero su valor es un mundo. Un mundo distinto, un mundo de luz, un mundo ocupado en las cosas importantes que tiene la vida.
¡Cuánto desearía despertar y estar dormida¡. Porque atrapé un sueño anoche, mientras leía. No era hora de dormir, pero llegó hasta mí. Me sopló despacio donde el vello se eriza. Me tomó de las manos y bailó conmigo una dulce melodía que me hizo soñar con ello de nuevo. Una vez más y otra y otra. ¿Cuándo acabará?.
Mi abuela me contaba que cuando un sueño se repite está a punto de suceder. Que está en nuestras manos la decisión final, pero yo sólo quería despertar para estar dormida.
Del sueño sólo quiero la sensación, placentera, dulce y tierna. No quiero soñar dormida, que quiero soñar despierta.
Hasta de sentir el roce de tus labios soy capaz, no es culpa mía. Ella me enseñó, con una frase escondida: “¿ Serías capaz de imaginar una manzana roja, brillante, jugosa y de imaginar que la muerdes...?". Y así un día y otro día fue mi cabecita imaginando hasta que la mordía, hasta que sabía y ¡qué bien sabía¡.
Era un juego para una nietecita aburrida. Lo que más me gustaba era charlar con viejecitas. Aquellas que se sentaban en el escalón alto. Las veía por la ventana y .....¡allá que me iba¡. A escuchar como sus voces algunas veces se perdían con el sonido del viejo tren cruzando la vía.
No digo que no jugara a muñecas, o a recortables, en el descansillo del portal con Ana Rosa, ¡qué nombre más bonito¡. Y pensar que a mí mi padre me quería llamar Belén....Ahora no pararía de escuchar aquello de "Belén, campanas de Belén, que los ángeles tocan, qué nueva nos traéis".....y no sé como me sentiría. Seguro que mejor que si nos fijamos en la Virgen María, pero son cosas que pasan, asuntos de los padres cuando tienen que elegir un nombre. Si yo hubiera podido elegir, estoy segura de que Olvido me llamaría. Porque me va, porque me sienta bien, como este vestido de terciopelo tipo guante, pero nada de rojo, ¡por favor¡, el rojo, solo para los labios y según en qué ocasión.
Jugaba, jugaba a los recortables, a las tiendas, a las muñecas, a los médicos......pero mi juego favorito de niña era ese, sentarme entre dos ancianitas y escuchar. Y mi abuela ya lo era cuando yo era niña y aquella frase de la manzana roja imaginada marcó mi vida, estoy segura.
No es que me importe, es solo que por esa razón ahora puedo sentir tus labios sobre los míos, tus manos sobre mi piel, tus ojos buscar los míos y tu aroma dentro de mí, buscando un placer oculto que solo a mí pertenece.
Si no supiera que existes yo no lo sentiría. Si no supiera que existes no sé ni quién ni cómo sería. Pero lo sé, ya es tarde. Y por eso pienso cada día, en la soledad de la noche que quiero despertar y estar dormida, eso es lo que desearía.
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