13 abril 2009

Sin ti...


Llueve. Eso me recuerda que ya no estás. Cuando aparece el sol un momento, fuerte, deslumbrante, abrazador, también recuerdo que ya no siento tu presencia de risa y luz. Una lágrima tras otra bajan desde mis ojos hasta mi pecho inundando mi corazón en el mayor de los desánimos y desconsuelos. No lo puedo evitar. Parte de mi mundo se rompe, tan frágil como un cristal. Sí, ya lo sé que soy capaz de encontrar una fuerza que me impulsa a dejar de llorar. Sí, lo sé, que solo tengo que mirar a mi alrededor y sonreiré, sin duda, pero eso no cambia una sola cosa, que tú ya no estás. Ni aquí, ni en mi corazón . Eso me recuerda lo que soy. ¿Quién soy yo?. Yo no soy nadie, no soy nada. Solo una voz en la distancia. Apenas un desánimo y un fraude....Nada. Poco a poco se me desgastan los recuerdos, no debo aferrarme a ellos, sino dejar que la vida pase lentamente, recordando, si acaso, el fondo de lo que fue y no fue al mismo tiempo. Yo fui en carne viva, tú, tan solo un lamento, el quejido de un viento que azotó mi cara y me supo llegar muy adentro.