20 abril 2009

Todo pasa


¿Nos conocíamos, verdad? . Sí, ya estuve aquí, en este mismo lugar hace algún tiempo. Reconozco tu sombra y tu sol, tu luz y calor, a pesar del devenir de los meses, el mismo que suaviza el dolor y el sufrimiento.
¿Me has reconocido, verdad?, yo a ti también. Al fin y al cabo no hemos cambiado tanto. Solo fue hace dos veranos que estuve por aquí, con la excedencia a cuestas y la esperanza, la última esperanza que por otro lado rompería definitivamente mis sueños pero….¿qué precio hay que pagar algunas veces por un sueño, por una idea, por un pensamiento?, ¿un penique?, más, mucho más.

Algunas veces nos cuesta cambiar nuestra vida entera, unos se alegran, otros no tanto, lo importante es la pequeña, como ayer, como hoy, como siempre. Yo ya sé que mi vida es ella, su bienestar, su seguridad, su alegría y su felicidad, es casi la mía, y sin casi, no puede ser de otra manera.
Me gusta cuando ríe, me hace sentir segura, segura de que lo estoy haciendo bien, es tan difícil, todo son dudas, temores, preguntas, que no sé a quien consultar, un experto, sí, la voz de la experiencia, también, los estudios realizados, vale pero hay momentos en que nada de eso sirve, y solo se trata de amor, ternura, comprensión, cariño.

Pase lo que pase ahora, siempre miraré a la luz de mis ojos y sabré lo que quiere, es como una voz interior que me lo dice. No siempre debo decir sí, pero esta vez había que hacerlo, guardar el traje de sirena y volver aquí, a la montaña, un clima cálido y suave que nos ofrece oxígeno y tranquilidad, de lo mejor para la estabilidad emocional, lejos de paranoias y malos entendidos, una historia demasiado larga tal vez y que requiera un respiro, un paisaje nuevo, como el tuyo, sombreado de laderas multicolor, donde ya estuve, desde muchos puntos observé entonces tu belleza, querida sierra y recuerdo perfectamente haber encontrado aquí también el remanso de calma que necesitó mi corazón aquella vez hace un par de veranos. Tuvo gracia que fuera aquí pero no fuera de aquí, de la comarca, simplemente encontré su esencia, la más pura y bella que yo hasta la fecha he conocido. Fue como un regalo aunque algunas veces me cuesta decirlo, pero no por mí, ¿por qué tengo la sensación de que hago mal, por qué no siento la propia seguridad y confianza que me da mi taxativa afirmación?, yo así lo creo pero…¿él también?, ¿lo sabe, lo admite, lo acepta?, ya qué más da ¡!!, no importa, algo se ha perdido entre laderas multi-color que yo no encuentro ni sé recuperar, es igual, tuve mi oportunidad, me está bien empleado, dejo ya de divagar.

Y me centro en tu mirada, niña mía, tu sonrisa, mi mayor tesoro. Me hablas con los ojos y con el corazón, aunque te puede el egoísmo de niña. Dependes de mí y yo lo sé, estoy sola y no me acostumbro a facturarte como un envío postal, ni a la soledad de decidir por agenda o por teléfono, lo detesto algunas veces. Es una cadena demasiado pesada que además yo me empeño en hacer civilizada y tú no ayudas mucho, pero solo eres una niña.

Una niña a la que veo feliz corriendo entre lo verde del parque, inmenso y bendito parque que te da parte de la vida y alimenta tus esfuerzos, no los roba como en aquel clima tan árido donde solo había…un abuelo, una abuela que ahora sienten tu ausencia, un amigo especial que nunca debió ser tal, el mar, colinas, una lengua de agua que nos llenaba de felicidad y aquí encontramos la dicha pero un silencio que empieza a ahogarme, no quiero volver, solo despertar de este mal sueño aunque no sé donde lo esperaría, tal vez y solo tal vez en aquel día que te sentí doliente sobre mi barriga, no lo sé, estoy confundida.
Son muchas las voces e imágenes que quedan atrapados en mi cabeza, en mi imaginación, en mi querida y vieja desilusión, en aquel bálsamo para mis heridas, en la música que oía, en tu llanto, pero sobre todo, en tu agonía.

No puede nada la fuerza de la razón conmigo, nunca lo hará, solo me sirve el corazón, tu corazón es el que yo quiero un día y otro día oír palpitar…..