Mon Zahir...

Y por fin llegaste. Te esperaba.
No sabía si podrías llegar a tiempo, por una vez temí perderme la cita con mi destino pero no, fue solo un mal pensamiento, víctima de ver y volver a ver las horas que transcurrían lentas, dormidas, silenciosas y dudosas a mi alrededor.
Pero el timbre al fin sonó y apareciste cansado de conducir con un libro en la mano que pronto descubrí que es un libro que parece hablar de ti y de mí, mon zahir, así fue más o menos nuestra vida, solo que yo nunca me perdí y tal vez debí perderme de tu vida por una larga temporada pero…¿Cómo hacerte algo así? No pude, nunca podría, y nunca seré capaz, ahora no, hay alguien que nos vincula, una personita que tiene su importancia para ti, poca o mucha, yo lo sé, aunque tu niña siga siendo yo, o eso dice la canción que me dedicas en la primera página, de Luis Vives
Ese beso de tu boca
Que me sabe a fruta fresca
Que lo digan en la radio
Y dilo tú también en tu novela,
Que tú eres mi consentida
Que lo sepa todo el mundo.
Y el abrazo que me diste, disipó todas mis dudas, yo sigo siendo tu niña mimada incluso cuando hubo un bebé en casa, solo que no presté atención, tan cansada, agotada de cambiar pañales, calentar biberones y dormir cada tres horas, no lo ví, se me escapó, solo fue eso.
Reconfortada por tu abrazo, salí bajo la luna a seguir las rayas de una carretera que me dejaran aparcada junto a mi destino más cercano, próxima parada ¿Quién lo sabe? Vamos ya…pero el trayecto fue ameno concentrada en las palabras y en los espejos, de las letras de las músicas que me dejaste para mi último viaje, viaje que fue de ida y vuelta.
La noche, casi desierta, me ocultó y apenas resonaba dulcemente una palabra y otra, envueltas en un ritmo tranquilo y sosegado que me iban despabilando, entre café y café de ciudad en ciudad, reflejando a cada giro de rueda un nuevo despertar.
Llegaba a casa, mi otra casa, y el sol empezaba, algo perezoso, a despuntar, todo olía a mar, aunque, lo primero sería descansar, abrazar, besar a mis padres que me esperaban despiertos, nunca jamás pueden dormir cuando saben que dentro de mi vehículo, me pongo a perseguir ruedas y rayas en la carretera. A ti también te envié un mensaje al móvil y dormí, dormí hasta la hora de aquella visita incómoda y rutinaria pero algo traicionera ya en mi vida, no me acostumbro, imposible.
Pero apenas fueron unas horas y después tenía faena, mucha faena, quería conocer desde otro ángulo a la persona para la que voy a escribir sus memorias, ufff..menuda responsabilidad….esto es peor que escribir algo por y para mí, o con algún cómplice complaciente al que todo le parece genial :O, esto es otra historia, esto despierta mi seriedad y mi curiosidad despierta, retraso mi reloj hasta donde yo puedo recordar, interrogo por lo anterior y complemento la información de mis propios recuerdos…
Creo que la historia lucirá hermosa, al menos estará escrita con todo mi corazón y eso…eso ya es algo…¿o no?. Ya se verá ;)
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home