21 abril 2009

Mapa de sonrisas


Recuerda como me miraste extrañada…
Preguntas a borbotones acudían a tu pequeña cabeza, detrás de aquella fila que intentabas perseguir fascinada por la magia de Ferdaus…

Yo te miraba y contemplaba tus ojos, siguiendo con la vista a su madre y a aquel velo que cubría su cabeza, su despedida tan "extraña" llena de palabras que tú no entendías. Yo tampoco, pero al salir hablamos. Yo te expliqué que la mamá de Ferdaus no hablaba raro, sino que…simplemente era de otro país, porque el mundo se compone de muchos y ricos países que cada día que pasa y a pesar de los brutos que luchan porque eso no suceda, se acercan más y más…irremediablemente, nadie puede ni debe hacer nada malo al respecto porque el mundo es de todos.
¿También es mío, mamá? -me preguntaste- También -te contesté-. A ti te pertenece un pedacito que se proyecta y refleja aquí, -te dije, señalando tu linda cabecita, con ese gesto de guiño que pones cuando no entiendes las cosas y que tanta gracia me hace-.

Tu carita era un poema, y fascinada me abrazaste. Es justo lo que debiéramos hacer todos y olvidarnos de empeñarnos en volver a levantar fronteras, eso ya es pasado y sé que tú y tus semejantes lo conseguiréis. Es un legado duro, pequeña, pero no imposible. Cuando me miras y la miras a ella, lo entiendo, lo sé, casi puedo acariciar suavemente, ese roce de proximidad. Vuestra risa suena al unísono dentro del pasillo escolar, vuestros juegos son los mismos, los gustos y preferencias, motivos y razones para despertar cada día y volver de noche al hogar.
Yo sé bien que es ahí donde solo entonces nacen diferencias y que te duele que su mamá no te deje entrar en su casa, no pasa nada, la casa de una mamá es un mundo pequeñito casi de cristal que cada cual protege como sabe, quiere y puede. Tenéis el parque, el cole y un bajo el sol donde miraros y abrazaros, reír y conversar, ¿qué importa que a su pequeña selva y tan privada no puedas entrar?...

Son cosas de mayores porque ahí siempre está su papá cuando tú vas y es un señor que te saluda por la calle y ante los pasos de cebra te deja pasar, te ayuda cuando te caes y te saluda al pasar, no pidas más, respeta la cabecita de cada uno como intentamos todos la tuya propia respetar…
No sufras porque se te impida el acceso, es solo una puerta privada y el mundo es amplio, hermoso, hay paisajes de río, montaña, sol y mar donde podéis disfrutar de vuestra amistad, no llores, mi linda niña, por algo así, no te parezcas a tu mamá, desde tierna regando la tierra con su lágrima fácil y sensibilidad…

Y si te lo pone demasiado difícil, mamá siempre te cambiará mil besos por una sola sonrisa, no lo olvides, mi niña…