19 febrero 2010

Diario de una mujer (I)


Aquella noche me acosté y empecé a recurrir al archivo de recuerdos que todos llevamos dentro para construir hoy una especie de “obra maestra”, esta puede serlo, y yo lo se....Sobre todo en cuanto a utilidad.....no ya porque esté bien o mal redactada o expresada, correcta o incorrecta, eso sería lo de menos, siempre podría decir que es mi opinión y bastaría con eso, sino porque puede que personas que lean todo esto en verdad se sirvan de ello para empezar de nuevo, lo que sencillamente intento, es casi el fin último de la Literatura.....-o puede serlo o debiera serlo, porque existe puro placer en leer, cultiva, pero si además sirve para algo.....mucho mejor- ayudar en eso, incluso a mí misma, lo confieso......Empezar de nuevo en la elección de una persona que no vuelva a clavar su estaca en mi corazón, en el tuyo, en el suyo........Me aterra la sola idea del viejo dicho: “el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra....”, pero si está ahí esa frasecita es por algo.....Debemos mentalizarnos de que no se puede hacer nada o bien poco por evitarlo. Tal vez desterrando ese temor seamos mucho más objetivos y logremos nuestros propósitos finales.....
Sinceramente, no sé lo que es peor: si has sigo desgraciado en una relación anterior la tendencia natural es comparativa esperando mejorar.........Pero cuando has sido feliz en tu relación anterior, la tendencia natural te dice que aquello no lo puedes superar, aunque como mínimo esperas más de lo mismo, mejorando los aspectos en los que alguien o algo se quedaba....”corto”.....Y así, tanto en un caso como en el otro, no se avanza nada.....
Yo no tardé demasiado en decidirme a comprometerme la primera vez , y, supongo, que después, pasado el tiempo, y visto lo visto, lo frágil que es el amor verdadero, el que sólo se vive una vez, para mí , es cuando te dices aquello de.....”si lo pude haber evitado....”. No es cierto, los sentimientos no son estáticos, sino heraclitanos totalmente, de lo contrario un hombre moderno, con aficiones, con diálogo y con un sin fin de virtudes no cambia radicalmente por una simple cuestión, sino que más bien se puede convertir en su pretexto para darle la vuelta a la felicidad reinante.
Existe mucho peligro en cambiar de estatus social en plena vida conyugal, al menos eso fue lo que me sucedió a mí: Mientras ambos tuvimos cierto equilibrio en nuestras ocupaciones, él con sus negocios, yo con él, haciéndole el juego, ....fenomenal, solo existían los típicos celos de....”a ver ese niño, qué te dice, qué te hace....dónde te lleva.....”, pero poco más, yo también le decía a él : “esa rubia que entra no me gusta un pelo ándate con ojo....”, tonterías típicas, yo no me quedaba hasta las cuatro de la mañana a controlar quien entraba y quien salía....Puede que ahí radicara el problema: yo le conocí como un “hombre de la noche”, un caballero, galante, que me invitaba a los Rallyes algunos fines de semana y con el que terminé conviviendo, mientras que cuando nació nuestra hija me encontré con un nuevo trabajo, por fin una plaza en lo que tanto había soñado y para lo que me había preparado durante años casi a escondidas, pero que mientras la aprobé, se amargó, me amargó y dejamos entre los dos que todos los pequeños problemas se hicieran grandes y cada vez más grandes. Ambos cambiamos de actitud ante la vida y ante las circunstancias , luego ya no éramos los mismos. El ya no era mi hombre de la noche y yo ya no era su bailarina personal. El empezó a vivir como un hombre libre y yo como una madre, nada que ver.....desde luego, por eso ahora re-leyendo entre líneas el KAMA SUTRA, encuentro explicación a muchas cosas, demasiadas.......Y la primera es que debo olvidarme de aquella relación por completo: empezó, creció, se alimentó, cambió y murió, sin más. Cada relación que se inicia merece ser tratada como la primera. Si os fijáis, existen relaciones que se inician y como apenas cambia nada de sus vidas, siguen adelante, se molestan un poquito y ganan en el juego del amor.........pero ¡¡¡¡¡¡¡son tan pocas¡¡¡¡¡¡¡. Desde luego merecen nuestra felicitación y mi ánimo porque de todas maneras le den un repaso al KAMA SUTRA, que nunca estará de más. Y en cuanto a las que se deterioran tanto que es necesario volver a empezar, solo un consejo: empezar es empezar, partir de cero –decimos ahora también- sin volver la vista hacia atrás en ningún momento ni en ningún planteamiento.....porque, puede que una mañana de sol, o de niebla, o de nieve.....paseando, corriendo, leyendo, navegando.........topemos con otra persona que no sabe expresarse a sí misma muy bien, o demasiado bien y perdamos la oportunidad de descubrirla simplemente porque algo que ha dicho o hecho nos recuerda cierto error o fallo del pasado....No. Las personas hay que descubrirlas en su total inmensidad. Si te anticipas a pensar que es tal vez algo joven para ti no llegarás a descubrir que puede tener una madurez fuera de lo normal porque está en su interior. Si el envoltorio te gusta menos puedes renunciar a sentirte amada o amado, algo que nunca molesta a nadie, solo que el amor es una llama que se extingue si le falta su alimento, recordadlo bien......Y otro pequeño consejillo, aunque, este es ya mas difícil, es que procuréis hacer vuestra elección dentro de lo que el KAMA SUTRA llama vuestro mismo rango, o sea, una persona de vuestro mismo estrato social y preparación intelectual, ni miréis hacia arriba ni hacia abajo, os puede ahorrar muchos quebraderos de cabeza.....Si ese estatus cambia dentro de la pareja, supongo que será cuestión de hablar mucho, de dejar aflorar nuestra personalidad, nuestras razones, motivaciones.....un poco de campaña “política”......no sé, no tuve ni ganas ni fuerzas para salvar lo poco que quedó de lo mío...
Y os lo dice una persona que se enamoró por primera vez con seis años. Se llamaba Edorta y todavía me acuerdo como si hubiese sucedido ayer.....¡¡¡qué sensaciones....¡¡¡, guauuuuuu. Íbamos juntos al preescolar, en Vizcaya. Después estuve tranquila unos años hasta que en Madrid me volvió a suceder, pero ya con nueve años. Le vi por el cristal de mi casa y noté la flechilla de Cupido.....Este me duró unos cuantos años. Por la misma época fue cuando recibí mi primera carta de amor, que fue cuando me di cuenta de que ellos también sienten y entonces cambié un tanto de actitud y me volví algo más dura, pero poco, muy poco, demasiado poco para mi gusto.
La figura masculina en general, siempre me ha fascinado, yo creo que un poco por la admiración que siento por mi padre, que, a pesar de su forma de ser, el complejo de Edipo ha estado siempre muy vinculado a mí. De hecho, él sabe, y, hoy ya, adultos los dos, lo comentamos a menudo: si yo hubiera sido de otro perfil psicológico, seguramente hoy en día no le quisiera lo que le quiero y le admiro. Me quedé con su lado bueno y olvidé en todo momento los malos ratos que me hizo pasar como padre contándome....ciertas cosas que no se le deben nunca contar a una hija.....pero soy como soy y hoy me alegro por los dos.
Esperé hasta los dieciocho años para empezar a eso que llamamos salir con chicos. El primero se llamaba Andrés, después de Andrés fue Jose Manuel, pero con él no aprobé el curso porque quería que me fuera a Huelva y......no fui capaz.
Después de aquello, un guiño del destino, una especie de broma pesada de alguna mala amiga –digo yo- llenó mi buzón un verano de cartas de chicos que querían conocerme. Todavía no he conseguido averiguar la persona que aprovechando un veraneo publicó un anuncio por mí en la prensa nacional que decía más o menos así: Chica soltera busca pareja. Soy culta, abierta y responsable. Escribidme.....................
El caso es que mi buzón se llenó de cartas y la persona encargada de regar las plantas y recoger el correo........¡¡¡¡¡¡¡¡no daba a vasto¡¡¡¡¡¡¡¡ y llamó asustadísima a mis padres......La que se organizó fue de escándalo......

Aquel año mi familia había cogido las vacaciones en julio de modo que desde el mismo día uno estábamos todos en el apartamento de la playa sin sospechar nadie nada, por supuesto....
Yo, la verdad, hasta los dieciocho años estuve muy vinculada a mi familia. A partir de ahí fue otra historia dado, además los acontecimientos que un verano después me depararía el destino, aunque, esa sería otra historia y ahora estamos con el asunto de como salí del asuntillo morrocotudo por un anuncio de amistad o contacto puesto en prensa....y.....además....¿ por quién...?.
Nunca lo confesó, lo que denotó su falsa confianza en mí, y además incurrió en un fallo típico de las personas que dicen una cosa pero piensan otra bien distinta, normalmente lo contrario: se fue distanciando de mí, y eso hizo que ante mis ojos ella solita se delatara....
Tampoco tenía muchos sitios donde mirar, por aquella época yo sólo tenía un par de amigas íntimas, esas con la que siempre compartes todo e incluso recuerdo el detalle de pedirme mi carné de identidad, del que supuse extraería la fotocopia necesaria para publicar el anuncio y de echar la culpa a mi otra amiga en cuanto le comenté el asunto, muy típico aunque algo tonto también.
Entre las dos nos hacíamos cargo de la biblioteca del Colegio Privado donde cursábamos el acceso a la Universidad, teníamos al señor director en el bolsillo –según todo el mundo opinaba- y además éramos tal para cual.....: Igual de frías, igual de calculadoras, y no sé qué más excentricidades que se opinaba sobre nosotras, que nos partíamos de la risa y no comprendíamos por entonces que estuviera tan mal visto enseñar a pintar al señor director, en su despacho, que yo, pues claro, por eso me la llevaba a ella, entre las dos....no podría tener malos pensamientos.....
Simplemente gané el concurso de tarjetas navideñas de aquel año convocado por el propio Colegio, y, al señor en cuestión, le gustó tanto que me dijo: “¿me darías unas clases en el recreo...o sería mucho pedir...?”, y yo le contesté: “encantada....”. Aquella tontería sacaría de quicio a todo el Colegio, y ya para siempre yo sería ......”la mimada”. Ni pude, ni quise, ni tenía por qué evitarlo.....me encantan los mimos......¿qué le voy a hacer?.
Mi amiga se llamaba Lidia. Tenía los ojos de un azul como no os podéis ni imaginar, un pelo negro y una sonrisa que trastocaba, pero aún así.......yo sabía que tenía celillos de mi dulzura, mis buenas maneras y...sobre todo de mi tipo de vida.....
El final de curso llegaba, lo teníamos encima, pero Lidia no podía faltar cada sábado a una cafetería que le gustaba mucho y donde conoció a Andrés. Yo recuerdo bien que los sábados prefería quedarme en casa a estudiar, de modo que ya tuvimos problemas desde comienzos del curso por aquella decisión por mi parte de salir únicamente los viernes. Yo no lo comprendía: ella iba a estudiar lo mismo que yo, Magisterio, que implicaba un montón de asignaturas, yo ni siquiera tenía garantías de poder seguir estudiando, pero de todas maneras quería rendir lo suficiente en los exámenes porque antes o después encontraría la manera de financiarme los estudios y.....quería un expediente cuanto más brillante, mejor, para seguir la tónica, no se puede obtener sobresalientes durante toda la vida de estudiante y , precisamente en los más valorados para la Carrera obtener un cinquillo pelado....no, hay que ser más o menos regular, además que para mí una tarde – noche rodeada de libros era tan interesante como estar en la disco rodeada de....chicos....Me amanecía igual de feliz con un “tomo” de Arte, Filosofía o Historia, como con un “plomo” de niño terminando la ronda sabadera en la chocolatería más cercana a casa.
Yo fui tardía para salir, lo reconozco, pero fue porque en casa me encontraba a gusto, mientras que normalmente mis amigas se venían a la mía porque en las suyas no encontraban lo que decían ver en la mía: estudiábamos, mamá nos preparaba merienda y refresco, no nos interrumpía con recados ni tonterías, veían, supongo, respeto y complicidad, así que....no tuve necesidad de buscar en la calle nada.....Incluso las compañeras y compañeros que me apreciaban eran bien venidos a mi casa, a mi cuarto, a mi refugio....Si era chico recibía el mismo tratamiento que si era chica, aunque recuerdo que los chicos tenían la costumbre de llamar previamente por teléfono.....curioso...¿no?, como avisando a mi madre, y la verdad es que ésta, o sea, mi madre, le daba igual, confiaba en mí lo suficiente porque sabe que siempre ha podido hacerlo, que siempre se ha enterado por mí de todo, lo bueno y lo malo que ha acontecido a mi vida, y eso es difícil, era muy difícil ese grado de confianza entre madres e hijas cuando yo tenía 16 / 17 años....y presiento que no ha cambiado mucho....por desgracia.
Lidia, sin embargo, ocultaba a su madre hasta la ropa que se pondría para salir –y lo se porque se vestía en la mía, bueno, llegaba vestida, pero se cambiaba en la mía- y, total, como yo decía: ¿para qué...?, si no es que fuera una ropa escandalosa....tampoco....Nos encantaba la ropa negra, larga, pero con aberturas, algo de escote, claro, transparencias.....pero, en invierno el abrigo –generalmente negro también- lo tapaba todo y en verano es que en Madrid o te destapas o mueres en el intento de sobrevivir al calor.....y, ¡¡nos destapábamos¡¡, pero lo justo: pantalón corto, camisetas sin mangas.....en fin, lo que se podía....
Tampoco le contaba nada a su madre, mientras que con la mía, tanto ¡¡ella¡¡, como yo, como ambas a la vez, si se terciaba, hablábamos de todo: de chicos, de sexo, de drogas, de alcohol.....etc....de todo.....
Para compensarla de la pequeña “puñeta” que le debía hacer no saliendo los sábados, le dije que si sus padres la dejaban, ese verano se vendría conmigo a la playa, pero....sus padres no la dejaron. Hasta los míos llamaron a los suyos, pero no hubo manera ni argumentos de convencer a aquel tipo de padres bastante chapados a la antigua pero que, aun lamentablemente, merecían un respeto también.....
Y yo creo que no se lo tomó muy bien. No fue culpa de nadie, a mí el ofrecimiento me salió del corazón. Antes de decírselo a ella se lo comenté a mis padres, se hizo todo lo humanamente posible, pero.......creo que me culpó de la negativa, no se....el caso es que solo pudo ser ella quien publicó un anuncio por mí y yo me encontré en la papeleta de tenerle que explicar a mis padres todas aquellas conclusiones a las que yo había llegado. Por supuesto que me creyeron, no tenían motivos para no hacerlo dado mi exceso de confianza con ellos, así que, me recomendaron que tirara todas las cartas y me olvidara del asunto y, por supuesto de mi......”amiga”.
Con la saca –prestada de Correos- en la mano, mi curiosidad pudo más. Aquel verano, en vez de libros, leería cartas, las cartas que me llevara Elena, la encargada de regarle a mamá las plantas y el jardín y que también fue a veranear a mi pequeño paraíso una quincena después que nosotros....
No las conté, pero más de un centenar de ellas sí que había. La saca, según reflejaba en su timbre impreso era para doscientas cartas y....se llenó..... Había cartas de todas partes de España, incluso algunas en francés y en ingles....
Las fui clasificando por provincias descartando las extranjeras porque, obviamente todavía mi nivel en idiomas no era el óptimo para contestar en el caso de que decidiera hacerlo, que la primera inclinación fue solo leerlas, pero claro, una carta es un pedacito del interior de alguien, del remitente, normalmente, y algunas, la verdad, con toda la sinceridad de que soy capaz: algunas me conquistaron de entrada y merecían, al menos, una respuesta resumen de lo que había sucedido, una explicación al por que nunca recibirían una respuesta al asunto que trataban, dado que yo no buscaba nada, sino que me buscaron algo, me gastaron una broma, una venganza pobre, un susto, un mal rato porque soy –o era- muy tímida y, leyendo, leyendo pude vivir una experiencia totalmente nueva, regalada y rara –la verdad- porque, a pesar de que invertí mi tiempo en explicar contestando algunas de aquellas cartas lo que había sucedido, aún así, muchas de ellas, se conformaban con saber que yo existía, algo que para mí fue novedoso, extraño, pero al tiempo....enriquecedor........Digamos que ciertos chicos volvieron a escribir ya sabiendo lo sucedido y ya por mí. Y aquellas nuevas cartas tenían un denominador común: Me enteré de que se transmitir muy bien y de que además el efecto de lo que yo pueda decir, es completamente inverso a las intenciones que yo pretendo.....Veamos más despacio qué quiere decir esto...