04 mayo 2009

Mi carta a mi maltratador


Odiado y temido por siempre personaje de esta vida real:
Me dirijo a ti en esta carta abierta para hacerte llegar mi repulsa desde la seguridad con la que me ha dorado el tiempo y las ganas de saber, sobre todo por qué y aunque no haya encontrado respuestas aún, no puedo por menos que llegar hasta aquí en este humilde gesto de bondad e inocencia que se niega a macerarse con tus viles actos para dejar una puerta entre abierta a la esperanza y a la luz.

Sí, la luz, ya que tú te encargaste de cubrirlo todo de oscuridad, de teñirlo de una noche negra y fría que aún me cala el estómago (nunca abandoné los anti-digestivos) por más que jamás recuerde el nombre del dichoso medicamento para chupar. Almax, tal vez? Puede ser?.
Desde la distancia confío en que más mujeres sean capaces de marcar las suyas y abandonen esa oscuridad de la que te hablo, y que comienza la primera vez que miras a los ojos a tu presa, es lo que a mi me hiciste sentir, y la confundes con esa otra mujer que te amargó la existencia desde niño, tu madre?.

No encuentro otra explicación, bellaco, como no sea en respuesta a la represión que te impuso aquella dama angelical que solo pretendía tu bienestar, acaso nunca te lo demostró o sería más bien que tú no quisiste ver y te ibas guardando cada gesto, cada acto de amor, puro amor?Eran otros tiempos, compréndelo, tú naciste avanzado al tuyo? Te hubiera gustado un mundo mejor, diferente, a tu imagen? Perdona que te diga pero te perdiste toda una vida, que es el más preciado regalo que se nos concede, y la buena señora consiguió entonces una gigantesca carambola que me toca a mi ahora cerrar, primero en la distancia contigo, y después me espera todo un camino por recorrer y evitar que se repita la historia con la semilla que tú y yo depositamos bajo este cielo azul y noble, sereno, bello y hermoso, aunque tú no lo quieras ver así.
Tan solo confío y espero a que mis desvelos logren su fruto, un fruto que nace del amor y de la paciencia, de una sonrisa, de un abrazo, de una compañía, todo lo que te negaron, ya lo sé, y que tú nos negaste a tu hija y a mi.

Ojalá la pérdida de lo que construímos juntos, aunque fue poco, te sirva para darte cuenta de que el camino empieza ahí y no en la venganza de todo lo que te fue negado, reaccionando siempre como un niño pequeño oculto en un cuerpo de hombre que solo tiene de eso el?.nombre.

Podrías abrir los ojos de una puta vez?. Porque ahora tu madre y tú me importáis un puñetero bledo, ya os tengo lejos, pero me preocupa mi labor, mis aciertos, mis errores, porque los siento menguados día tras día, estoy coja, me falta algo, lo que yo elevo, tú lo tumbas, es lo peor de todo, con lo que cuesta educar y encima tener que hacerlo a medias, no sé en qué estaría yo pensando cuando te contemplé como el hombre ideal, carita de bueno, buenas maneras, buena tertulia y??.podrido por dentro, pero es que juraría que tú no eras así, que te convertiste?.

Da igual, ya no busco respuestas para mi, solo para mi hija, cuando se trata de ella, me crezco, me elevo muy lejos, hasta el infinito?.Volví del mundo perdido de los sueños, del amor roto hecho pedazos y el orgullo ultrajado hecho jirones por ti, solo para estar a su lado y ver como te pone en su sitio, dale tiempo y todo lo que yo no hice, quien no fui y debí ser, se reflejará en ella, no le vas a dejar más camino, porque te quiere, eres su padre, pero como se te ocurra ponerle otra vez la mano encima, en uno solo de sus pelos, ahora la rabia se multiplicará por dos, por veinte, por doscientas mujeres o más que te pondrán en tu sitio. Mi vínculo para contigo no valía la pena el esfuerzo, pero ahora hablamos de la misma sangre y la misma corre por las venas de mi hija que por ti, de modo que abre los ojos, despierta a la vida, acepta tu regalo, abandona los pinceles de tus caprichos, imagen y semejanza y compórtate o te arrastraré de los pelos que no tienes donde más te gusta a ti tirar, pero te los encontraré, no lo dudes.
Espabila y lo siento pero no te deseo que seas feliz, deseo que abras tu mente y te complementes y compenetres con el legado que mi vientre ha dejado a tu cuidado cada quince días y mitad de las vacaciones, no quiero más, me lo debes, no lo olvides, PROHIBIDO OLVIDAR, sellado con sangre, una gota de sangre con carita de niña y cuerpo de mujer, vela por ella como no supiste velar por mi, cuídala como nunca me cuidaste a mi, yo solo era una extraña, tenías excusa, ahora NO.

Y púdrete en el infierno cuando termines tu labor, por mi, como si te achicharras.
Fdo, Una madre maltratada arropada por un presente feliz, POR FIN.

Relato de encargo...Para Román y otros...


El día elegido había llegado, en el calendario era sábado, cinco de enero del nuevo año ocho, dulce como un bizcocho, o así lo imaginaba María de camino a la estación, sola, como siempre, para encontrarse con su buen amigo Román, que la esperaba al otro lado de la vía.
Román, posiblemente acunaba en su imaginación un encuentro único, chispeante y provechoso ávido de unas intenciones masculinas con pinceladas de atracción desesperada….e instintiva.

María solo tenía en la cabeza escapar del caos y retomar una vida sana sin renunciar a saciar su curiosidad, quien era aquel hombre que le decía semejante cantidad de alabanzas y halagos expresados en cortas frases a través de pequeños mensajes?....
María debía realizar un trabajo de campo por la zona de Narón, de modo que avisó a Román, le llamó y se lo comunicó hacía una semana, margen más que suficiente para sincronizar intenciones, por lo menos…

-Hola, Román, como estás? Voy a pasarme por tu barrio, así que me he dicho…avisaré a mi buen amigo por si quiere verme, conocerme, ya que tenías tantas ganas, o eso decías….
-María, mi niña, nada me haría más feliz, vendrás sola o con tu guardián? Es para llevar el veneno preparado y echárselo en su copa cuando brindemos por nuestro encuentro…

-No me digas esas cosas, Román, que me asustas…
-Perdona, cielo, ha sido la emoción de la noticia, a qué hora llegas? Donde tengo que ir a verte y abrazarte?

-Será un viaje de ida y vuelta, Román, llego a las nueve de la mañana y vuelvo en el tren de las nueve y media de la noche, de modo que al salir del vagón, te esperaré en el andén media hora, no más, luego iré a hacer mi trabajo y estaré de vuelta a la hora acordada con la agencia para entregárselo, de acuerdo? Procura no retrasarte, mira que no te conozco y no puedo perder el tiempo esperándote…
-No te preocupes, allí estaré, encanto, pero dime, te reconoceré?

-Sí, claro que sí, recuerda que nos hemos visto por web cam, asi que me encontrarás a la primera, ya lo verás…y yo a ti también….
-Y como vienes solo para un día, no me va a dar tiempo de enseñarte nada…?

-Es lo que hay, Román, la distancia tiene estos inconvenientes, pero me pareció buena idea aprovechar la ruta de mi trabajo para complacerte al menos en algo, ya que en otros aspectos no puedo…

-Está bien, conforme, te lo dije una vez y sigo pensando lo mismo, no me retracto, eres un regalo divino y será un placer compartir contigo un día, es poco pero lo guardaré en lo más placentero de mis recuerdos…

-Pues allí estaré, un beso, Román, y hasta pronto.
María durmió y leyó acostada en la litera de su tren sin compañía alguna. De vez en cuando miraba por la ventana la soledad y la oscuridad de la noche e imaginaba un viaje distinto acordándose una y otra vez de su guerrero espartano convertido en mago gris, una asignatura pendiente que algún otro día como aquel debería superar o….catear, de momento le tocaba a Román, aunque los fines últimos fueran bien diferentes, aquello era encajar una visita en su agenda de trabajo, a su mago le dedicaría lo que él deseara, siempre, desde las 00 horas de aquel día, se la había metido en un bolsillo como un hada buena y plena de entrega, pero…por qué? Por qué ocurrían cosas así? Como saber la respuesta? Imposible….Ni aún viajando mentalmente entre el billón de sus neuronas lo entendería….No existía comprensión alguna, tan solo atracción, una ley física capaz de trascender e imponerse ante cualquier plano o fundamento.

Pensando en aquello se durmió hasta que el pitido del final de su trayecto devolvió a María a la realidad.
Ligera, se levantó, estiró un poco su litera, fue al pequeño baño del que disponía y se atusó un poco, lavándose la cara, los dientes, un poco de crema hidratante, colocó sus rizos con algo de agua y fijador y tomó de la maleta el vestido blanco decorado con hojas otoñales largo hasta los tobillos pero con generoso escote, siiii, le encantaba lucirlo, era tan atrayente, pero….si no le gustaba Román, por qué se lo ponía? En su maleta dormía otro modelo negro de terciopelo bastante elegante, pero sin saber por qué prefirió el de hojas, se calzó sus botas, la capa y salió del vagón no fuera que reiniciara el trayecto en dirección contraria y se quedara sin trabajo y sin visita.

Nada más bajar las escaleras, encontró una sonrisa amable que le tomaba de la mano para ayudarla a bajar, como un Caballero galante y ya sin disfraz….era su amigo, Román.
-Tenías razón, María, te he reconocido al instante, qué tal el viaje?

-Bien, gracias, Román, eres muy amable.

Román la abrazó suavemente y enseguida se apartó de ella para no incomodarla. María correspondió a su abrazo y le devolvió una sonrisa tranquilizadora. Su galante caballero la llevó a un buen sitio a desayunar, sabía que era el tiempo del que disponía para estar con ella y lo aprovechó al máximo. Dieron las diez, las once y hasta las doce en entretenida conversación, recordando todas las cosas que compartían de un tiempo a esta parte y que ahora se fijaban en la memoria y el recuerdo de cada uno, con alegría y esperanza de que nunca cayeran en el olvido: confidencias, espinas, temores y deseos sin pantallas ni espejos por delante, solo el calor del local y el humano, que era mucho.

Después, Román se ofreció para llevar a María donde ella debía realizar su trabajo, como un testigo mudo de su quehacer y ella aceptó encantada. Aquello alargaría un poco más el regalo de Román, que la miraba embobado sin saber qué más decir.
Pero estaba dicho todo, absolutamente todo y María volvió en el mismo tren a la hora convenida a Madrid, donde su vida le esperaba, aletargada y con un bonito recuerdo en su corazón, no fue solo un viaje de trabajo, fue algo más, fue una guirnalda coloreada en turquesa que María siempre luciría con cariño en la cuerda de su vida…..

Hoja al viento


Sería el examen más difícil de su vida, el de enfrentarse y probarse a si misma, todo un reto. Pero había decidido no ser una hoja más a merced del viento, sino disponer, levantar, construir laboriosamente un mañana y otro más sin descanso e ilusión, se sentía capaz de despertar de su sueño dormida y echar a andar con decisión y firmeza, como toda una Princesa. Caminar con la fuerza que la ilusión da, pero tocando firme sobre el suelo después de pensar y reflexionar, y si hacía falta, meditar. Y vivir sonriendo sin parar, sin descansar. Como le enseñó su amigo, su mejor amigo, aquel que ocupó el lugar de sus padres en aquella jungla vital, que apostó por ella y le tendió su mano sin dudar y que le dio un nombre auténtico, verdadero Libertad….

03 mayo 2009

Ja ja ja


Oculta tras sus gafas de sol, Carmen contemplaba la ciudad, la hermosa ciudad de Barcelona a la que había llegado procedente del sur. Allí arriba, tan cerca del Pirineo, se respiraba distinto, olía a paz, el aroma era suave y húmedo, nada asfixiante. Su abrigo de paño jaspeado la protegía del frío y su melena larga le servía de bufanda a la par que se subía el cuello de aquel trapo moderno, a la última moda, la imagen siempre fue esencial y la coquetería, algo femenino y natural.

Su amiga Amalia, que la acompañaba, reía y bromeada a su lado mientras le decía que parecía una gánster. Carmen se sonrojó, con lo buena persona que ella era y parecer aquello, tenía miga….

La hora de llegar a tiempo de comer al hostal se les echaba encima, había que preguntar por la calle en cuestión y no era nada fácil dada la barrera del idioma
pero con esa simpatía que siempre caracterizaba a la mujer andaluza consiguieron que un señor muy atento y amable casi las llevara de la mano al hostal AGUA VIVA, donde les esperaba Pura, la nueva jefa de Carmen y de Amalia. Al ver a las dos mujeres, las reconoció enseguida, eran otros tiempos y las fotografías se enviaban en sobres de papel con sellos de correos y en blanco y negro pero Pura era muy observadora y solo el gesto de una de ellas, el de Carmen al sonreír, le fue más que suficiente para reconocerla incluso detrás de las gafas.

-Bienvenidas, macas, ¿dispuestas a trabajar duro? Mañana es vuestro gran día, el Congreso de Peluquería comenzará a las nueve de la mañana, así que os aconsejo que comáis, deis una vuelta pequeña por la manzana, que esto es digno de admirar y luego os relajéis todo cuanto podáis porque el Congreso acabará muy tarde y serán demasiadas horas de pie.

-Así lo haremos, jefa, pierda cuidado. El hostal es monísimo, parece un hotel de alto copete…-expresó Amalia-

-El Congreso es local y modesto pero cuidamos el más mínimo detalle, los grandes hoteles estaban ocupados por nuevos profesionales que llaman ejecutivos de modo que no nos quedó otra que recurrir al mejor hostal de toda la ciudad, no tenéis más que ver las vistas de este salón, y la comida, todo de la mejor calidad, no desmerece en nada al Palace.

Era absolutamente cierto, aquel hostal disfrutaba de las mejores vistas de la ciudad, incluso el muelle del puerto se podía ver desde el porche de la gigantesca terraza que se abría tras una cristalera que rodeaba todo aquel salón. Carmen y Amalia comieron relajadamente todo cuanto les apeteció del surtido menú del buffet del que disponían y enseguida salieron con dirección a perderse por unas horas en la ciudad, tal como habían acordado con su jefa para retirarse pronto y descansar. Algo era algo, menos era nada, solo quedaba trabajar, que en realidad era para lo que ambas mujeres habían emprendido su viaje. Cuando volvieran a casa, llevarían de vuelta un diploma que las acreditaría como las más yeyés de la comarca, algo que les daría prestigio. En 1965 solo salir del pueblo donde siempre vivieron ya las convertía en heroínas en su tierra, pero si además de eso regresaban con un bonito
cartón enmarcado que hablara de un "Congreso en Barcelona" que pudiera lucirse en la pared de su modesta peluquería, no habría competencia posible y la flor y la nata de la región iría a peinar sus cabezas al salón de belleza Carmen y Amalia, era de ley.

En las maletas llevaban ropa para el día, bata de trabajo y en el alma ilusión, pero también miedo. Tanto Carmen como Amalia habían necesitado de la complicidad de sus madres para que ni sus padres ni novios se enteraran de aquello porque también estaba mal visto a los ojos de los hombres, unos hombres que en aquellos tiempos sentían que las mujeres de sus vidas les pertenecían y la ley les protegía, luego no quedaba otra que hacerlo a sus espaldas. Después de hecho sería diferente, ya se convertirían en valientes, ya estaba hecho, pero antes el permiso era impensable, qué absurdo, ¿no? Pero así era….y si las madres no aguantaban lo suficiente durante cuarenta y ocho horas, en cualquier momento podían ser descubiertas por su ofensiva valentía, de modo que se miraron en silencio, se despojaron de sus ropas poniéndose un camisón y se acostaron a leer para tener las piernas tendidas, algo recomendable para la circulación sanguínea. Si el día siguiente llegaba tranquilo, sería una buena señal, ellas harían su trabajo, un jurado lo examinaría y extendería aquellos codiciados cartones enmarcados en letras hermosas. Ellas los guardarían en sus maletas, recogerían todas sus cosas y fin del temor. Cogerían el tren de vuelta y una nueva vida se abriría ante ellas.

No había razones para llamar a casa sin ser descubiertas de modo que sus madres tendrían que valerse de la confianza en sus hijas y de su imaginación para entender que todo iba bien mientras Carmen y Amalia leían revistas y libros hasta la hora de la cena, una cena ligera que un camarero les subió a la habitación asustándolas un poco con la llamada en la puerta. Superado el susto, se comieron la ensalada y la fruta, escucharon un rato la radio y enseguida se quedaron dormidas soñando anticipadamente con el día del Congreso. Faltaba muy poco para lograr un pequeño sueño, de modo que fue una noche triste pero en el fondo muy dulce. La tristeza la dejaba latente la desazón de tener que hacer aquello, algo limpio y transparente, de la manera más misteriosa y torpe, pero la ley era la ley y absurdo pedirlo sin cogerlo, sin arrebatárselo a la injusticia, como dos furtivas que estaban cometiendo en parte un pequeño delito.

El miedo en el cuerpo durmió con ellas y a la mañana siguiente, la llamada desde la recepción del hostal desencadenó todo el nerviosismo de un par de mujeres en apuros por novatas, asustadizas y por tradición a padecer nerviosismo ante todo lo desconocido. La una chocaba con la otra en aquella espaciosa habitación, no encontraban sus batas, ni se encontraban demasiado espabiladas para la ocasión, les faltaba apenas una hora para encontrarse con su destino, convertirse en las mejores peluqueras de la comarca sur en Jaen, ahí era nada… Desde Barcelona con honor y valentía para la región entera, no podían quitarse de la cabeza las caras de todo el mundo cuando se enteraran de lo que dos jovencitas de aquella humilde localidad habían sido capaces por mejorar su negocio. La ley del más fuerte. De los débiles nunca se dejó nada escrito, ¿o era de los tontos? Ahora entraban dudas, un oportuno momento para dudar….Ya estaba todo preparado. Aquella planta del hostal era la planta
de los nuevos valores en artes de peinados y el mismo recepcionista en persona tenía orden de alentar habitación por habitación a sus habitantes pernoctadotas para que dispusieran del amplio salón y después de tomarse un café empezaran a dar forma a las cabezas que ya esperaban preparadas el arte de aquellas manos, cestas con rulos y pinzas, peines de diferentes tamaños, con púas, sin púas, cepillos de cerdas variadas, finas o gruesas y lacas de todas las marcas….

Así lo hicieron Carmen y Amalia y después de tomarse su café comenzaron a trabajar, a demostrar sus valías, primero lavando el cabello, después acondicionándolo, desenredándolo, cogiendo los rulos precisos en los lugares más estratégicos, porque unas veces convenía elevar el flequillo, otras aumentar el ángulo de la cara y en los distintos casos aquellos rulos de plástico sujetos por pinzas metálicas debían ser colocados en las más variadas de las posiciones, estratégicas de la imagen, según la carita de cada modelo…..

Cada participante tenía asignado un orden de intervención, de modo que no servía con mirar las cabezas que se alineaban sentadas en lo alto de la tarima para ir preparando mentalmente el trabajo, había que tener el número dorsal prendido de la solapa de la bata, un número del 1 al 12 que ellas mismas extraían de una urna de cristal ahumado colocada en el centro de la sala y dirigirse hacia la modelo con el mismo número. Aquel sería el tiempo disponible para improvisar e inmediatamente a la vez de llegar al centro neurálgico del trabajo, empezar la faena, aquí te pillo, aquí te mato, que se dice, no había otra posibilidad….

Después de recoger la cabeza se debía colocar una redecilla multi color sobre
ella e introducirla, con modelo incluída, en un secador-sillón y vigilar el trabajo,
como si se tratara de un flan o de un bizcocho porque aunque regulado el tiempo aquel artefacto se detenía solo, lo mejor era prestar un poco de atención mientras se iniciaba la segunda fase, el plantear y preparar las herramientas necesarias para acabar y mostrar el trabajo al público, que sería quien después votaría.

El primero en "saltar" fue el trabajo de Amalia, una modelo resultona que ofreció al público una cabeza encaracolada con pequeñas anillas que al secar ofrecieron un peinado desenfadado y muy jovial, favorecedor a todas luces y a cualquier hora del día o de la noche. Fue votada con un 7. Y minutos después el secador de la modelo de Carmen avisó de que había terminado su trabajo y Carmen, con total esmero y paciencia, terminó de cardar y colocar aquella cabeza de una modelo menos agraciada pero que presentó al público un recogido que después se haría famoso entre todas las novias casaderas de la comarca, mezcla de alto con bucles muy resultón y que cautivó. Llegó a obtener una votación de un 9.

La suerte estaba echada y muy clara. Si alguien obtenía un 10, Carmen ya sería sub campeona en aquel torneo, todo un honor, pero como ninguna de las 10 concursantes restante se acercaron al 10 en votaciones, para sorpresa de todos Carmen, aquella jovencita llegada de tan lejos, fue la reina de las cabezas por un día en aquel salón, por siempre en su memoria y en su corazón. Existen momentos de la vida que no tienen precio ni se olvidan.

Carmen y Amalia regresaron triunfantes a casa, no solo con el famoso diploma de moda, también con un trofeo en las manos, el de CAMPEONA. Y durante años aquella anónima y seguramente valiente modelo de cabeza de la época, lució junto al diploma y el trofeo, en la vitrina de honor del SALON DE PELUQUERÍA DE CARMEN Y AMALIA, que siempre se caracterizó por su originalidad, y su buen hacer.

Sus novios se enfadaron un poco, pero no lo suficiente como para que la sangre llegara al río y se les pasó enseguida, al fin y al cabo es imposible luchar contra los sueños de las novias cabezotas y Carmen era, es y siempre será muy cabezota, cuando se propone algo, hasta que no lo consigue…..no suele quedarse tranquila…..

Cuarenta años después Carmen tuvo una nieta, borrica como ella sola y hoy en día ya no se acuerda porque cada día se pregunta a quien habrá salido esa niña…..¿?. La respuesta es muy fácil, ¿verdad? …..

Tela de Araña viajó a Asturias






Había una vez un lugar encantado y encantador, regentado por una duna de arena llamada Mónica y a la que esta humilde narradora por fin pudo abrazar después de meses y algún año que otro correo arriba, correo abajo, mensaje va, mensaje viene (sin botella) y una laguna más que justificada, la devoción y el buen hacer que ella pone en su local, en su negocio, una cafetería- tetería mágica con una historia pasada a punto de ser olvidada porque ella la ha transformado y mejorado por completo.

El local está situado en el número 3 de la Plaza de León, aunque a mi me pareció un callejón mágico (eso sí), o será que en Asturias las plazas son así, porque había más paralelas, por lo menos dos más. La zona es de lo más comercial y allí Mónica tiene de todo para el hambre, el picoteo o alterne y la sed, incluída una carta de tés como yo nunca encontré otra igual y además sabe riquísimo y todo, un lujo para el paladar. Y tiene prensa, varios diarios, uno nacional, otro local, y libros, muchos libros, Tela de Araña incluída, como no? :D, y tele, aunque no televisa partidos de fútbol, porque pretende y estoy segurísima de que lo conseguirá, que Cafetería- Tetería Lugo sea un lugar de reunión y de encuentro para artistas, sí, preferentemente artistas, cantantes, pintores, poetas, novelistas, humoristas….y deleitar así a su clientela, cada vez más fiel y numerosa, porque cuando un@ sale por ahí a tomar algo, lo que quiere es estar a gusto y en este local Mónica consigue que quien entre se sienta de lo más a gusto. Las horas transcurren volando, casi no se entera un@ de que ya es hora de cerrar, y eso que abre a las nueve de la mañana y cierra a las once de la noche, demasiadas horas de trabajo, entrega total, mimo, cuidado, mucho cuidado hasta en el más mínimo de los detalles, y eso se aprecia, antes o después. No es lo mismo entrar a un lugar donde el ambiente está cargado, abroncado y sucio, que entrar en esta tetería, donde desde primera hora de la mañana hasta la última de la noche, está todo igual, un sitio acogedor, que atrae, que invita a sentarse, consumir, por supuesto, y sentirse bien el tiempo que un@ decida permanecer.

Es por eso que allí, donde Avilés pierde su nombre y comienza el Condado de Corvera, cruzando el río, bajando el tranquilo barrio de La luz, a la derecha, en la primera placita a la izquierda, Mónica y su profesionalidad nos esperan a tod@s, con los brazos abiertos y la ilusión de la niña pequeña que lleva dentro, zarandeada un poco por la crisis que nos afecta a todos pero la cultura nunca tuvo crisis, nena, y la cultura te arropará y haremos lo pactado cuando acabe el concurso que termina de convocar…¿Cómo, que no te has enterado, ciaoescritor? Pues no te lo puedes perder porque hace ya tiempo que publicó las bases del I CONCURSO DE RELATO CORTO SAKURA TE, con sede oficial en este mágico rincón donde cualquier escapada sienta genial, te lo dice y confirma una personita que lo hizo, yo, y me alegraré por siempre…Porque allí encontré una personita de verdad, arropada y mimada, como debe ser, por personas que la adoran (Toni, Alba, Estrella….) Yo no puedo arroparte en distancia corta, Mónica, pero lo haré en la distancia, no lo dudes jamás y confía, ten fe, ahora sí, ¿verdad? SEGURO, ya lo verás y yo también lo veré cuando vuelva, porque lo haré.

Hasta pronto, mi dunita….Te deseo toda la suerte del mundo en esa revolucionaria y currada táctica tuya de atraer lo que de verdad quieres para ti y tu alrededor, haces bien en no conformarte con lo que nos conformamos todos, pero por si acaso, una velita de fe y esperanza, para que el agua clara de tu fuente abunde y te llene de felicidad, porque te lo mereces.

02 mayo 2009

Tela de Araña en La Guardia (Toledo)





Hacía meses, muuuuchos, muchos meses que JCristóbal me preguntó si iría a su pueblo a presentar TELA DE ARAÑA y yo le dije que sí, que por supuesto, que para mí, siempre sería un honor hablar, comentar y debatir sobre mi pequeña obrita, allá donde quiera que fuera. Una primera novela viene a ser como un primer diente, como el primer desarrollo, como el primer amor o como el primer hijo en la vida de una escritora naciente. Por su parte, y después de leerla, con la promesa de que se la dejaría a la bibliotecaria del pueblo, así quedó la cuestión.
Y a primeros de este año 2008, supe por Cristóbal, del interés local por mi visita. Cuando un@ hace amig@s, aunque sea por Internet, lo más normal del mundo es intercambiar los teléfonos y como Cristóbal tenía el mío, se lo pasó a Mari Carmen, Concejala de Cultura de La Guardia y su primera llamada la recibí a finales del mes de marzo. Una mujer correcta, educada y que enseguida supo transmitirme la impresión de que se vuelca en el proyecto cultural de un municipio algo arraigado a viejas costumbres, muy tranquilo, pero inquieto culturalmente, porque he sido testigo de la participación de sus vecinos por el mundo de las letras, desde los más pequeños, hasta gente madura que sabe perfectamente que puede resultar un entretenimiento precioso y liberador para la mente. Como yo siempre digo, mientras escribimos e inventamos relatos y poesías, no andamos pensando en otros asuntos que no deberíamos, porque nos pueden hacer más mal que bien.

Y en La Guardia, se contó conmigo para celebrar el DIA DEL LIBRO fijado para el sábado, 26 de abril, en el CENTRO CULTURAL del pueblo.
En un principio pensé que iríamos mi hija y yo solas, porque creí que sería por la mañana, pero al ser a las 6 de la tarde, un amigo y su hijo, también amigo de mi hija, se apuntaron, así que a eso de las 4 de la tarde, cogimos el coche de un familiar, que el mío la noche de antes tuvo un ligero percance en una luna y el cristal no se cerraba, y en poco menos de una hora y gracias a las explicaciones, en parte, de Cristóbal, quien tuvo la deferencia de llamarme por teléfono poco antes del medio día para invitarme incluso a comer y otra parte del google, llegamos a LA GUARDIA , un pueblo tranquilo y de buenas gentes.

La impaciencia del momento me hizo adentrarme a la localidad por la primera entrada que ví en los carteles indicativos de la auto vía, sin ser consciente de que casi todo municipio consta ya hoy en día con tres entradas de mínima, así que un poco perdida paré junto a una residencia que me nombrara Cristóbal en nuestra conversación telefónica y dejando a mis acompañantes dentro del coche, aproveché para hacer una foto y preguntar a una pareja que pasó en coche por allí. Enseguida me indicaron que iba bien, solo que por una entrada paralela a la auto vía, así que a los diez minutos escaso, desde la Cafetería Miami y mientras mis pequeñuelos observaban todo con la curiosidad que caracteriza a los niños llamé a Cristóbal para avisarle de que ya había llegado, tal como me pidió, y después a Mari Carmen, la Concejal, aunque su móvil tenía puesto el contestador, así que saludé a mi amigo lugareño y nos fuimos derechos al Centro Cultural, ubicado en un edificio antiguo pero muy bien decorado para el evento. Allí sí que me esperaban Mari Carmen y Asunción (prima de Cristóbal y colaboradora también de las tareas locales) y me explicaron el programa, que me pareció realmente interesante. En primer lugar, hablaríamos de TELA DE ARAÑA, después se representaría una pequeña obra de teatro por parte de un grupo local, más tarde, se leerían dos de los cuentos que los niños habían presentado para celebrar el día del libro, uno de los seleccionados fue el de una niña de tan solo 7 años y no pude por menos que acordarme de mis comienzos…Y para terminar, un grupo de adultos daría rienda suelta ante el micrófono y para todos, a sus creaciones poéticas.
Fue una tarde encantadora, todos lo pasamos estupendamente y es que….con buena gente se está genial.

01 mayo 2009

La Sorpresa


Y llovía. Todo se mojaba, con agua menuda y fría, repiqueteando sobre el verde, el pardo o el gris de aquel submundo urbano. El brillo de su alma también se mojaba en lágrimas de nácar saladas.
Y llovía, clara, suave y dulcemente, mientras una flor de fuego hermosa moría víctima de una amenaza.

En el centro de aquel prado, envuelta en viento atormentado, confuso y extraño, notaba como sus estambres se apagaban. Pensó en sorprender gratamente al pastor y encontró su propia muerte, aplastada como un cardo por su zapato, mientras un viejo tren se perdía en el horizonte contaminándolo todo de un ruido ensordecedor. Era dolor, dolor de cabeza, aunque aún le quedaron fuerzas para un último quejido: "No, no quiero morir, llévame contigo"

Aichi


Aichi, salía de su cabaña noche tras noche para ver mejor la gran muralla china.
Pero todo era mentira, la engañaron. Desterrada en la luna fría, contemplaba la inmensidad, la distancia y la lejanía y una y otra vez se repetía: "me engañaron, me trajeron hasta aquí y yo no veo nada, ¿donde está la muralla?, yo no la veo"
Era peor aún, porque Aichi no la veía pero la sentía en lo más profundo de su ser, mientras todo fue una leyenda su corazón vivió sereno. Ahora que por fin había comprado un pasaje para la luna y se desplazó hasta allí, solo podía buscar con sus ojos ciegos entre la oscuridad y el olvido. La angustia devoraba su alma lentamente, y la soledad la entristecía. Lloraba cada noche, como una niña pequeña en busca de la muralla perdida, piedras que nos apartan de la realidad, que nos ocultan la verdad. ¿Sería tan inmensa que por eso no la encontraba? Consuelo, tampoco lo hallaba, solitaria y convencida que ella estaba de que allí arriba todo encajaría y tendría solución, pero se equivocó. Llegó y murió. Una noche no pudo soportarlo más y por sus venas manó la sangre que tiñó la luna de rojo fuego hasta confundirla con Marte, planeta lejano y distante, habitado por almas errantes que solo buscan placeres y juegos. Desde allí era desde donde se veía la Gran Muralla China, la que tanto buscó Aichi en su corta e ingenua vida. Vivir para ver, ver para creer y después de creer, morir porque se olvida todo, mientras creemos, vemos, y cuando vemos ya no creemos, ley humana de mortal y vital necesidad.
El cuerpo de Aichi se consumió lenta y solitariamente en la ensangrentada luna, mientras en Marte todo eran risas y sonidos de trompetas y violines.

Intensoooooo


Diana alzó su mirada al nuevo día. Para ser otoño la mañana amaneció preciosa y sonrió. Atusó su cabello, se lavó las manos, los dientes, la cara, sus ojos, frescos como dos rosas negras en mitad de la noche lanzaban un brillo especial, era la felicidad, reconstruída en pequeños parches que ella juntó primorosamente en su caminar. Porque aquel día se dio cuenta y lo quiso celebrar, a fin de cuentas nunca había desayunado cava. Ese sería el día, el gran día de su descubrimiento, la puerta abierta de par en par y en lo alto un letrero, FELICIDAD, pase sin llamar. Días, meses, años de intensidad consumida o….no, impulsada o refrenada, dando alas o reprimiendo, como un deporte, como un juego, soltando cuerda, acortando….viviendo intensamente hasta comprender: Aquel fue el sentido de su existencia, hoy marcada por un nuevo plano. CHAPEAU por el pasado, bienvenido, presente, más sereno, más consciente, pero siempre hay algo que aprender, y lo hará, esté donde esté, haga lo que haga, piense como piense, el día a día es su meta, su sorbo, su trago de bienestar. Y comprenderlo fue la ruta hasta su FELICIDAD.

El fin de Carlota


Una mañana fresca y festiva. El día anterior, el comentario genérico en la oficina fue sobre la alegría de unos por pillar el puente completo y el silencio de otros por no reconocer, o por envidiar o el pesar de darse cuenta de que la oficina, en realidad suponía un refugio para ellos. ¿Dónde estarían mejor sin poder adquisitivo para viajar, ni interés alguno por hundirse en el sillón de casa ante el televisor?.....
Como Carlota, una hermosa mujer de ojos vivos y sonrisa fácil, elegante, agradable e inteligente….pero con un vacío inmenso en su corazón. Por eso precisamente Carlota fue de las que se llenó de silencio aquella tarde y paseaba camino del trabajo por la misma calle de siempre, donde admirar los mismos escaparates sin vida, aceras grises y asfalto desierto. La ciudad dormía aún y ella llegaba de muy lejos, hora y media cada día para alcanzar su destino, la mesa de su oficina.

Todavía recordaba el gesto de Luis cuando se lo contó, era la más despierta a primera hora de la mañana, mientras los demás bostezaban aún pidiendo un último café a la máquina de la entrada, antes de darle a las teclas y coger el teléfono….
Carlota ya buscaba una botella de agua y unos chicles en la misma máquina, y su sonrisa se cruzó con la de Luis mientras recordaba lo que le había ocurrido camino al trabajo, aquel hombre en la puerta del Hotel Carlton, a mitad del paseo Delicias, su mirada, su atrayente sonrisa y su mano tendida cuando pasó justo por su lado…Le pareció incluso escuchar su voz a pesar de que sus labios no se movían:

-Carlota, ven, te estaba esperando…
Ella, con la boca abierta por la sorpresa de aquella percepción extraña, aumentó el paso y cerró los ojos mientras un escalofrío le recorría el pecho….

-¿Qué te ocurre? -le preguntó Luis, frente a la máquina con media sonrisa y tono de preocupación- Cualquiera diría que hubieras visto un fantasma….
-Igual es justo eso y lo he visto….

-Calla, calla, pero te voy a tener que explicar que los fantasmas no existen, con lo mayorcita que estás¿ por que….hay que ver que estás bien crecidita ya, Carlota, y bien desarrollada, hoy llevas bra, verdad?
-No es bra, es un corpiño, anda que en lo que te fijas….

-¿En qué quieres que me fije?, además primero te pregunté si te ocurre algo porque me pareció ver en ti una mirada extraña hoy, como de sorpresa….
-Qué buen receptor que eres, así da gusto y sí, he tenido una experiencia extraña esta mañana pero ya no me da tiempo a contártela, he de comenzar con mis tareas, disculpa….

Carlota apartó a Luis del camino por el que se suponía debía atravesar desde la máquina del café hasta su mesa.. Realmente se trataba de un pasillo algo estrecho donde dos personas no cabían, pero Luis se acercó también a la máquina por las prisas y Carlota no protestó, le dejó que tomara su cacao, le lanzó una sonrisa con su disculpa y se dirigió hasta su mesa, donde empezó a recordar de nuevo aquel tramo, aquel segundo y medio, aquel hombre, que le resultaba familiar…
-Carlota….Soy yo, no te vayas….-fue lo último que escuchó-

No quiso mirar atrás en aquel momento y en este, en cambio, se arrepentía de no haber hablado con aquel extraño?, preguntarle al menos quien era…Aquella mirada le resultaba tremendamente familiar, pero donde? Donde había visto aquella cara ella antes? Era incapaz de recordarlo, así que se sumergió en los papeles que tenía delante y empezó su quehacer. Justo cuando fue capaz de concentrarse por un instante, notó en el hombro un dedo, la llamada de un solo dedo travieso, toc, toc, era Luis:
-Me has llamado radar, o antena, pero sigo preocupado por ti, cuando quieras, hablamos….A ti te pasa algo, no es que te conozca demasiado, aún, pero sé que te ocurre algo….Por qué no me lo cuentas?

-Porque no es el momento, déjame en paz, pesado!!
-Como quieras, pero me conozco y volveré en una hora, ese es el tiempo que tienes para pensarlo, si no me lo cuentas te dará igual, te lo sacaré, tú no me conoces, yo sí. Y se marchó.

Eso era!!, aquella forma de…..¿de qué?, de intuir, aquella afinidad, aquel feeling, eso era lo que notó en décimas de segundos con aquel extraño, familiaridad….

La mañana transcurría lenta y monótona. Llegó la hora del café y Carlota lo tomó fuera de la oficina. Quería saber si el extraño seguiría allí, ante la puerta del Carlton, lugar que tan solo estaba tres calles más al norte, en realidad, de no ser por el edificio inmenso que se alzaba ante el ventanal que se encontraba detrás de su mesa de trabajo, casi podía verlo. Bajó las escaleras a paso rápido, no tomó el ascensor, su gabardina y su bolso de la taquilla y salió a la calle en dirección a aquel lugar.

Llegando, se le aceleró mucho el corazón, su pobre y sufrido corazón, aquello era absurdo pero….no podía ir contra corriente…
El paseo Delicias se había despertado por fin y los coches ya pitaban y recorrían los carriles a una velocidad que le pareció enorme para casco urbano pero…qué más daba? Aquella no era la cuestión, Carlota ni tan siquiera se debía cambiar de acera, era todo recto hacia el norte, sin más,….

Una calle, demasiado pequeña para que el autobús que terminaba de parar, permitiera que los demás coches pasaran, de modo que…vía libre, solo quedaban dos, segunda calle y aquella tasquita gallega donde nunca había entrado, a pesar de que le sorprendiera que se encontrara en pleno centro de Madrid y que siempre estuviera tan concurrida, incluso aquella mañana festiva. Debió abrir más tarde de lo habitual, porque al llegar Carlota permanecía cerrada mientras que al nuevo paso ya se notaba movimiento en el interior, incluso en la terraza, el tiempo y la zona lo permitía. Y la última calle, estaba llegando de nuevo a la parte de atrás del Carlton, por donde también se podía acceder y es lo que hizo, antes de arrepentirse y darse media vuelta. Era como sorprender a aquel extraño por la espalda, si es que todavía permanecía en el quicio de la puerta principal, que hacía esquina pero….no, no estaba, qué tontería, allí iba a estar él esperándola, seguro….Tendría mil cosas más importantes que hacer que matar su aburrimiento, su desdichado aburrimiento….
Un poco frustrada aunque fuera comprensible que aquel hombre ya no estuviera allí, se sentó en una de las mesas desde donde podía vigilar el vestíbulo y la entrada principal. Inmediatamente un camarero impecablemente ataviado le preguntó qué deseaba tomar, a lo que Carlota, con un profundo suspiro contestó…:

-Podría tomar un café con leche y algún bollo?
-Por supuesto, señora, quiere un croissant, una magdalena, una napolitana con crema, chocolate….?

-Un croissant estará bien, gracias….El café que no esté muy cargado, por favor y la leche templada.
-Enseguida….

Mientras miraba al vestíbulo y a aquella escalinata que daba acceso al hotel, se le heló la sangre cuando notó un dedo en su hombro, desde la espalda…..¿sería él?...El camarero no podía ser….Era ¡Luis! Y su toc toc, como había ocurrido en la oficina, solo que ella ya no se acordaba, estaba cegada por lo ocurrido aquella mañana y apenas podía pensar en otra cosa….
-Hola, Luis, qué haces aquí?

-Te he seguido…¿te importa? Yo iba a preguntarte lo mismo, porque hay cinco, no una ni dos, sino cinco cafeterías desde la oficina hasta aquí y me resulta extraño que estés en esta precisamente, habrás traído la tarjeta de crédito, supongo, porque te vas a enterar del sablazo que te van a dar, no pagues en metálico o te quedarás sin suelto para el tren, es mi consejo….

-Qué gracioso, tengo bono así que de la vuelta no tengo que preocuparme, incluso tengo para invitarte a ti a otro café, quieres?

-Yo soy más de Colacao, pero bueno, ya que insistes….no te lo voy a despreciar.
El camarero llegó con el servicio de Carlota y al pedirle otro para Luis, por un momento le pareció ver a aquel hombre detrás de la barra, igual trabajaba allí, aunque le pareció distinto, el uniforme tal vez o no sería él, si es que apenas le vio un minuto y medio, dos como máximo y salió corriendo, por qué lo haría? Ni ella misma lo entendía, pero así lo había hecho de modo que volvió a pensar en su trabajo, en terminar su almuerzo y volver a la rutina, sería lo mejor que podía hacer y en cuanto a Luis, se lo explicaría un poco por encima, tampoco había demasiado tiempo, pero, mientras tomaban el café…..

Luis se quedó sorprendido con su explicación, la miró de forma extraña de arriba abajo y alborotándole el flequillo, lo único que le dijo fue:
-Anda, anda, cabecita loca, no persigas fantasmas y céntrate, mira a tu alrededor, ves? Aquí solo hay gente estirada, están en su mundo, tú y yo no pegamos ni con loctite, tú menos áun que yo, tu corpiño aquí no sienta bien, perdona, Carlota pero eso te pasa por vestirte hoy de mesonera….Volvamos al trabajo….Se hace tarde.


Volvieron al trabajo. Carlota no fue capaz de decir nada más a Luis aquella mañana, ni tan siquiera sabía por qué le había contado lo que le ocurrió por la mañana y como se sentía, a saber lo que el chico había pensado de ella. De vez en cuando sus miradas se cruzaban, Luis la mantenía pero Carlota la rehuía, había sido demasiado pronto, cuanto hacía que se conocían, una semana?, sin duda no se había podido hacer peor imagen de ella, cuando no era lo normal en su vida, lo normal siempre era sacar el trabajo adelante, bromear, el buen humor, ser positiva, sí, ese era su talante normal pero…aquel día estaba resultando extraño de todas todas, ya no podía hacer nada por el concepto que Luis se estaría haciendo de ella, así que….lo dejó pasar, ya se daría cuenta él solito de que aquella no era la tónica general en la vida de Carlota….
Entre llamada y llamada la hora del descanso para comer también llegó. Luis, en un último esfuerzo por corregir aquel desaguisado avisó a Carlota de que quería comer con ella. Sin duda era un hombre franco y sencillo, como le gustaban a Carlota, para saber a qué atenerse siempre, para no llevarse a engaño, para…..simplificar en su vida, que falta le hacía, y mucha, como el contrapunto.

-Carlota, esta vez no te me escapes, quisiera comer contigo, puede ser? Pero en la cantina de enfrente, no te llevaré a ningún lugar remilgado del centro, primero porque perderemos mucho tiempo en ir y en volver y segundo porque tenemos bastante que hablar, si te parece bien?

-Está bien, como quieras pero cualquiera diría que el mundo se acaba hoy, sobra tiempo para hablar, Luis, además no me gusta mucho….

-Me tomas el pelo, verdad? Anda, vamos, las damas primero, y átate el lazo del corpi, que se te cae, jeje
Carlota se miró el corpiño pero no se caía, solo se trataba de una broma, por lo que al darse cuenta, gruñó un poco a Luis y juntos desaparecieron jugando por las escaleras que bajaban hasta la primera planta, a ver quien llegaba primero, camino de la coqueta tasca donde comerían algo ligero antes de terminar la jornada, que en festivo era bastante reducida, por suerte…

Sentados en la mesa, frente a frente, Luis empezó su interrogatorio:
-Carlota, por qué eres tan tremendamente confiada? No te das cuenta de que esta mañana te podías haber metido en un buen lío? Y que conste que te pregunto de muy buen rollo, si hubiera sido de malo no estaría aquí ahora mismo, quiero que lo sepas….

Carlota se sonrojó, le ocurría siempre que alguien ponía tono serio para hablar, pero entendió la actitud de Luis, aunque no supo qué decir…..
-Mira, Carlota, acabo de conocerte y a la de ya procuraré que nunca te ocurra nada malo, pero no te lo busques tú solita, vale?, déjate de extraños, a priori ninguno será de fiar, ni tan siquiera yo, pero al menos si yo te hago algo malo ahora mismo, darán conmigo antes o después, pero si te mezclas con desconocidos, dime, como sabremos qué te ha ocurrido, me lo quieres explicar?

-Y si me ofrecen algo bueno?
-Como qué, Carlota, dime? Sexo? Cualquier hombre de los que te rodean estaría dispuesto a compartir contigo un buen rato, no tienes por qué recurrir a ningún extraño…Era eso lo que buscabas esta mañana, dime?

-No…
-Entonces qué era? Puedes explicármelo?

-Para qué? No lo entenderías….
-Carlota quédate a este lado, algunas veces tengo la impresión de no saber donde estás, te perdemos, donde vas? Siente el suelo bajo tus pies, niña, ya está el mundo bastante difícil para que tú te empeñes en alejarte más de los que te quieren….

-Tú me quieres, Luis?
-Empiezo a quererte, sí, eres mi mejor oficinista, la mejor con la que me he encontrado después de mi ascenso, y eso no se encuentra todos los días, lo normal es….bueno, ya sabes, hoy estoy mala, hoy empalmo festivo con desgana, mañana sigue sin darme la gana, y tú en cambio estás ahí, al pie del cañón, aguantas estoicamente una llamada tras otra, desde primera hora hasta última estás igual, pareces una estatua, un robot, admirable, una gotita de aceite?

-Grrrrrrr….
-Loba, quieta, volvamos, que se nos hace tarde, ánimo, yo cojo un par de cafés de la máquina mientras tú vas al baño y luego para dentro, a por ese último para de horas, hace?

-Y como estás tan seguro de que iré al baño?
-Conozco a las mujeres, me he criado entre ellas, varias hermanas, mi madre, tías, chicas, …..

-Novias?
-Yo no las llamaría exactamente así, pero vale, aceptamos novia como animalito de compañía….

-Jajajajaja, venga, vamos, te echo una carrera….
-Loca!, tendré que pagar la comida, no? Ainsss….no corras, que luego tropiezas!!!!

La verdad era que Carlota ya casi había conseguido olvidar su experiencia tempranera y se dirigía llena de alegría hacía la oficina, corriendo, sin mirar al cruzar la calle, menos mal que se trataba de un lugar de poco tránsito, casi todo zona azul de aparcamiento y la oficina enfrente. Después subió rápida la escalera y esperó apoyada contra la puerta su café. Se lo pensó mejor y fue sacando de la máquina un par de cafés, no podía permitir que Luis lo hiciera todo….Muerta de la risa, en cuanto le vio aparecer, le ofreció su vaso y una mirada dulce de complicidad, a la que Luis, sin una sola palabra, correspondió, era el feeling, que manaba a borbotones, totalmente interpretable para según qué ojos aunque los realmente importantes eran ellos dos y nadie más…
Luis se interesó por saber si ya había ido al baño, a lo que ella contestó que no con una negativa de cabeza apurando su café…

-Pues venga, cabecita loca -le dijo mientras le quitaba el vaso de la boca tras el último sorbo-, que ya acabamos por hoy de un tirón, no queda nada para las cuatro de la tarde, te espero dentro…

-Está bien…

Carlota entró en el baño sonriendo y al empujar la puerta, lo primero que oyó fue su nombre:
-Carlota……

Era la voz del tipo aquel de la escalinata del hotel, pero Carlota miró hacia la puerta del servicio de caballeros, que estaba justo enfrente del de las señoras. Los separaba tan solo un pasillo estrecho y era más lógico, si es que alguna lógica se podía aplicar a todo aquello, pensar que la voz procediera de allí y no del interior del baño de señoras….
Pero la puerta del baño de caballeros estaba cerrada, por lo que resultaba algo extraño y sobre todo difícil que voz alguna proviniera de su interior. Carlota cambió de gesto en un segundo, pasó por el baño con cara de preocupación y volvió al trabajo temerosa.

Al entrar en la oficina, se percató perfectamente de la mueca de Luis. Aquel hombre percibía perfectamente los cambios de humor de Carlota, como podía darse aquel fenómeno? Y lo que era más importante, como sería capaz de evitarlo Carlota? Evitarle una preocupación absurda…..
Carlota se dirigió a su mesa intentado disimular pero Luis se fue directo hacia ella, y simplemente le interrogó con un descaro que denotaba preocupación:

-Otra vez?....Y ahora qué pasa, Carlota?
-Nada, nada, no te preocupes, estoy bien….

-De verdad?
-De verdad…

Ambos suspiraron al unísono, la tragedia se cernía en el ambiente más cálido y distante, al abrigo de la sorpresa, del anonimato, como siempre….
El final de la jornada laboral festiva avisaba, risas y buen humor en el pequeño reducto de una oficina donde se iban apagando luces, dormitaba….

El último en salir debía ser Luis, así que Carlota se despidió de él con un sonriente "hasta mañana"
-Te espero a en punto -le aspetó Luis con un gesto amable en la punta de su naríz…

-No faltaré, tranquilo, vengo de lejos pero vengo, señorito de capital, jeje
-No me falles, vas a salir luego?

-Sí, seguramente iré al cine a ver El Orfanato.
-Pues pásalo bien, vale? Nos vemos….

La tarde parecía esplendorosa a los ojos de Carlota. Al salir a la calle, llenó sus pulmones de aire contaminado, deseosa de llegar a su pequeño reducto natural, junto al pinar. Cuando salía del autobús lo notaba perfectamente, era otro aire. Pero aún quedaba una hora escasa para alcanzar su pequeño objetivo y despacio, lentamente, subió la calle que la llevaría a la boca del metro camino a casa. Como siempre, bajó en ascensor hasta el vestíbulo, sacó su bono transporte, lo pasó por la máquina que le abriría paso hasta el vagón y…..al tomar la escalera de ocho más rellano más once escalones que la conducirían hasta el vagón…..la barandilla lo descubrió y lo vio, abajo, junto a la ralla amarilla del andén, girándose como advirtiendo su presencia, la esperaba? La contempló desde la pequeña distancia que los separaba y de nuevo volvió a pronunciar su nombre.
Carlota aceleró el paso, deseosa de acercarse más a aquel hombre, olvidando los ruegos insolentes de Luis y….una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete y ocho escaleras, cada vez más aprisa, olvidó que había un rellano que terminaba, lo olvidó y en las últimas once escaleras, un mal paso, un traspiés y….su nuca se quebró pasando a formar parte del empedrado, también ella se convirtió en piedra, su corazón se paró y allí quedó resbalando envuelta en sangre y con los ojos abiertos. Su última imagen fue la de aquel hombre misterioso y desconocido acercándose a socorrerla, pero ya no había remedio, todo quedó quieto, el aire, el sonido, el cine……

Nadie sabe si Carlota encontró a aquel hombre en u nuevo destino y desentrañó su misterio, tal vez sí o…tal vez no.
La mañana de domingo despertó húmeda, lloviznosa, gris. Luis fue el primero en llegar a la oficina y también fue el último en marchar. Dicen que no articuló palabra en toda la jornada. Y también dicen que no volvió a fijarse en los pequeños detalles de nadie más. Durante un mes en la mesa de Carlota dejó una rosa fresca cada día de distintos colores y cuando se secaron las deshojó en la escalinata de aquel andén…..

Secuencia mágica de efes...


Relato escrito con blue5


El fin de semana del 28/29 de Julio, mi cabeza estuvo muy revuelta, como tantas y tantas veces que cabeza y estómago se me revuelven al unísono, agobiada por esos momentos de la vida en los que un@ siempre trata de no caer pero que son inevitables: malestares del alma, lo llamo yo y estaba decidida a tomarme un merecido descanso y desconectar de todo y de todos por estas ondas pero…….llegué a Ciao y me encontré un mensaje hermoso: María, quiero escribir algo a medias contigo. La osada fue blue5 y me desarmó por completo, el frente frío de mi alma se tildó de calor y color de nuevo y nada, el resultado ha sido esto, espero que os guste.

Llegó a casa tras un duro día de trabajo. ¿Y qué le esperaba? Más de lo mismo, un desorden incipiente y una nevera escuálida no apta para paladares exquisitos. Se enfundó en su pijama de perritos, hortera como él solo, y es que tres malditos euros habían tenido la culpa de semejante panorama ante el espejo. Para cenar, una pizza al horno y hacia el ordenador; ella y ese aparatejo, un tándem indestructible.
Abrió un nuevo documento en Word para ver que surgía hoy. Su mente últimamente evocaba trazos inconexos, ¿Qué significaría? Que más daba. Esa era su vida y así la seguiría viviendo, ¿o no? Empezó a teclear y cuando sus ojos se posaron en el monitor para repasar lo escrito vio que solo existían efes. Pero no solo eso….cada una seguida de un número, F1, F2, F3…..

¿Qué estaba ocurriendo? La curiosidad fue más fuerte que su genio y su sorpresa ¿Dónde se había visto un teclado tan lleno de “efes”? Cuando lo compró no lo recordaba así y tecleó la primera “efe”, por orden, era la F1….Repentinamente, una música suave empezó a sonar en sus altavoces, aún apagados y de la pantalla brotó un color plata inexplicable que le ofreció una palabra, FALSEDAD, se estilaba mucho, demasiado, entre la sociedad, por mucho que te acercaras a las personas, antes o después, en la vida de Fiona, aparecía la falsedad por parte de toda aquella gente hipócrita que le daban palmaditas en la espalda y con las que no podía, cada fracaso era un hundimiento más para ella, similar al TITANIC, que la sumía en la más cruel de las desesperanzas…..
La curiosidad le hizo desplazar el dedo inmediatamente hacia la F2. En la pantalla apareció una foto de la esbelta Angelina Jolie, que se abría y ocultaba para descubrir la palabra FISICO, otra de sus espinitas. No tenía tendencia a cuidarse y no es que pretendiera ser la más bella entre las bellas, pero ya la edad le estaba menguando atractivo. Los hombres no solían fijarse en ella; desviaban su mirada, pero no hacia los lados sino a su parte más protuberante. Haría caso a Pili, al día siguiente iría a su centro de belleza, unos cuantos retoques no le irían mal; pero no por atraer a los moscones sino para que su leve autoestima empezara a rozar el cielo.

Como lo alcanzaba cada vez que se perdía en sus FANTASÍAS, F3, la encontró por instinto y allí estaba su chip, ¿Cómo sabía aquel aparatejo que justo él representaba el chip de sus fantasías? Le embargó un miedo atroz por un momento pero no podía ocurrirle absolutamente nada, el único error que cometió fue decírselo, tal vez y solo tal vez, en esta vida conviene ser un poco disimulada y Fiona no entendía de disimulos, ¿qué podía hacer ella si aquel hombre de mirada amable y labios carnosos seducía su alma hasta elevarla a la más completa de sus fantasías?, ya se borrarían algún día, todo se borra en el mundo de la Informática, existe un lugar para ello, la papelera de reciclaje, pero ella demoraba aquel traslado una y otra vez porque le hacía sentir bien, muy bien, más que eso, VIVA era la palabra exacta……
Y ese sentimiento por un instante le hizo prever lo que la F4 le iba a mostrar. Ese FUEGO intenso que recorría sus entrañas cuando aquel galán se introducía en su mente. Trastornaba su organismo hasta límites insospechados, tanto que deseaba evaporarse e ir en busca suya, y con cada gota rozar su cuerpo, envolverle con su esencia, arder en combustión mutua. Y allí, poquito a poco, en su soledad, añadía cada día los trocitos de madera para que la llama crepitara con más intensidad, para hacerle gozar. “Eres mío”- se repetía una y otra vez- y juntos nos quemaremos en nuestro infierno de placer.

Pero aquel pensamiento FORTUITO le hizo estremecer por un segundo, no, no, todo lo que se toma en posesión se estropea, se malogra, termina alejándose y no era aquello lo que pretendía, nunca, jamás fue esa su intención, así que de una manera desesperada pulsó F5, a ver qué encontraba y solo vio una luz brillante e intensa que se alejaba lentamente hasta volverse un punto en una línea recta de un plano infinito e inmaculado que la envolvió en una paz difícil de describir. Así debía ser, mente en blanco, alimento para su espíritu, el cuerpo estaba bien servido de ánimo, y auto estima, ¿qué faltaba, qué echaba de menos más que nada? Su amistad, su complicidad, su ánimo contagioso y dicharachero, de cualquier cosa, había millones, como puntos en un plano, como rectas, como dibujos bellos y hermosos que se formaron en la pantalla y que la hicieron sonreír una vez más, como siempre hizo él…..
El 6, ese número que le evocaba el día de su primer encuentro. Un color azul tiñó la pantalla y el rumor del oleaje invadió su pensamiento. Siempre había sido una chica medio alocada, de las que meten zizaña e incluso algún que otro noviete de sus amigas había caído en sus redes. Sin embargo, él aportó a su vida FORMALIDAD. Nunca le pidió nada, ni le exigió; así debía ser sino ella hubiera corrido cual animal herido. Y por esa misma razón le caló tan hondamente. Era diferente a cualquiera de sus aventuras, serio pero alocado cuando se lo proponía y eso le encantaba. Supo que jamás encontraría a nadie que se le pareciese y le enseñó algo muy importante, que aunque queramos vivir con intensidad, nuestra mente tiene que tener espacio a la quietud sino el reloj de la vida se apresura sin apenas conocernos.

En F7 encontró la FORTUNA de aquel encuentro, sin pretenderlo, bellas imágenes de un niñato disfrazado de Caballero, tan solo en fachada, escondían a un hombre de verdad, amigo ante todo, consejero y confidente que parecía haber caído en un hechizo frío y despiadado que solo era una máscara más. Sin darse cuenta, él también aprendió del juego inocente de Fiona y descubrió que oculto podía llegar mejor hasta ella, por eso una noche desapareció, nadie supo donde había ido, se perdió por el camino, tal vez solo fuera un sueño, una efe del alfabeto, convertido en palabra de un diccionario de papel. Ella guardó para siempre su recuerdo, dejó caer su velo, aburrió aquel juego absurdo y se entregó, aunque él ya no estuviera, estaba completamente segura de que era lo que él hubiera deseado que hiciera, y lo hizo, lejos de su influencia, por convicción propia, profunda e intensa.
Con el paso de los días su estado de ánimo había caído en un bucle infinito, como la forma de aquel 8 que acompañaba a la F en la tecla que acababa de pulsar. Pero no podía negarse a la vida, si algo se había propuesto era tener FUERZA. Si lo conseguiría o no, ese era otro asunto. Las almas pronto se tiñen de luto ante la adversidad y lo que cuesta sacar la cabeza fuera del agua, pero ella quería asemejarse a un cisne. Como le gustaba ese animal, su porte majestuoso, su liviana forma de desplazarse, su blanco inmaculado que transmitía una paz perfecta. Avanzando sin temor en su nado. Ella lo haría pero no forzaría la maquinaria. Las hojas del calendario le dieron la respuesta. Definitivamente no volvería y ella ya era otra.

Su FINALIDAD en la vida, le enseñó el siguiente F, el 9, sería otra, apartaría la intensidad y se quedaría tan solo a solas con su espíritu, con aquella llama viva que le latía por dentro, a cada latido, a cada paso, a cada recuerdo pero…..inició una proyección de cara también, una nueva dirección se abrió ante ella, el FUTURO, que intentaba sorprenderla con un nuevo rostro amable de labios carnosos tangible, cercano, llamando a su móvil, sumiéndola en un sueño menos profundo y algo más práctico: ¿Te apetece tomar algo? Donde siempre, no tardes mucho……La barrera sería una mesa, el arma de seducción, una gota de perfume y sus oídos para escuchar a quien necesita hablar, y no esperar un diálogo sordo y frío tras un cristal. Miró su reloj, aún le quedaba tiempo de recorrer aquel laberinto hasta el final pero sintió miedo porque el deseo de bajar las escaleras, por una vez fue más fuerte que el de permanecer sentada esperando. Todo había cambiado, sin apenas darse cuenta……
Las “efes” ya adquirían dos cifras, como mayor dimensión adquiría el brotar de su persona. Si bajaba aquellas escaleras un viento fresco le proporcionaría mayor FRESCURA en su abnegada vida, así que presurosa pulsó F10 y creyó que la ventana se abría de par en par. Ya no miraba la pantalla. Que mayor hermosura que el guiño de las estrellas que allí arriba parecían proporcionarle el trazo del camino a seguir. La oscuridad la atrapó para liberarla. Se vio en aquella mesa; iba a estar pronto; el tiempo que aquel teclado dejara de enviarle mensajes a su destino.

Guardó su FRIVOLIDAD en el primer cajón que encontró, junto a envoltorios de chupa chups, lupas escolares, rotuladores de colores y un dibujo medio roto, era una niña, un bebé, precioso, sonriente, luminoso, atrayente…..Besó aquel dibujo y pulsando F11, la criatura le devolvió un guiño cómplice. Aquello era descabellado pero recordó haber soñado con aquella niña la noche anterior. De su manita encontró la ayuda para cruzar una calle, dos aceras paralelas que dan a un mismo lugar, una terraza donde un hombre sonriente pide percebes, cosas de los sueños….Un plano diferente, tiempos inconexos….a saber, se hacía tarde….Miró su reloj…..
Tic tac, tic tac, tic tac, el segundero se movía impaciente mientras su cuerpo temblón temía el final de aquellos mensajes. Como en un juego mágico en la pantalla apareció un mensaje: “soy la F12, no tienes que pulsarme porque vengo en tu búsqueda, soy la FELICIDAD”. No sabía si reír o llorar, si estaba despierta o si la niña la seguía arrastrando de la mano en el sueño. Pero al fin cruzó la calle, con paso seguro, arrastrada por la intuición que desde ahora el juego inútil que había trastocado su vida, se convertiría en una apuesta a un número fijo…¿Está libre esta silla?-preguntó. –Si-contestaron unos labios carnosos. ¿Era un sueño? No. Recordaba perfectamente haber apagado el ordenador mientras los mensajes se guardaban solos en una oculta carpeta.

Para mi lo mejor de todo esto ha estado entre bastidores, me alegro mucho de haber topado contigo por aquí, por estos andurriales, blue5, nunca lo olvidaré, pase lo que pase :D GRACIAS, de todo corazón y espero y deseo que algún día podamos vernos en persona :D.

"Le he pedido a Cupido la cuenta, he pagado con sangre la afrenta de volverme loca, he vencido al amor por las malas, me he cosido un corpiño antibalas pensando en tu boca. Y además, como no sabía rezar, me dio por coleccionar letanías y escapularios"